Pedro Pablo Marroquín Pérez
pmarroquin@lahora.com.gt
@ppmp82
Siempre lo he dicho. Necesitamos mantener la fe para reencausar este país y poder crecer de manera integral, sin dejar a tanta gente atrás, premiando a quienes lo hacen bien y dando las herramientas a todos aquellos que se esfuerzan, luchan y piden a gritos una oportunidad.
Pero la ilusión sin una dosis de realidad se queda en nada y por eso siempre he dicho que es fundamental entender que las mañas en Guatemala no se han acabado, solo han pasado de una mano a otra.
Y por eso, es válido preguntarnos ¿en qué casa terminará parte del presupuesto del 2021?
Voy por partes. Guatemala tendrá el presupuesto más “abultado” de su historia. Quizá necesitaríamos hasta una mayor cantidad para atender nuestras enormes brechas y deficiencias, así como para poder capitalizar oportunidades, pero como el sistema es una coladera de corrupción, el dinero se esfuma.
Ya lo sabemos: la acusación contra José Luis Benito y los mensajes de Alejandro Sinibaldi corroboran que la cartera de Comunicaciones es un nido de corrupción.
A ese nido de corrupción, se le asignan Q2 mil 882 millones de quetzales para “reactivación” por el tema del COVID. Paradójicamente, a Salud se le baja el presupuesto porque el Estado ha invertido en vacunas contra el coronavirus (lo cual es correcto) pero eso significa que se asignan menos hospitales y áreas de salud.
Rommel Noguera Ávila, jefe de la unidad de presupuesto del Ministerio de Salud explicó que actualmente los hospitales tienen asignados Q5 mil 144 millones 707 mil 197 y en el proyecto de presupuesto 2021 se les asigna Q4 mil 230 millones 760 mil 049. En tanto, las áreas de salud tienen Q2 mil 691 millones 279 mil 290 vigentes y se tiene proyectado para 2021, un total de Q2 mil 413 millones 917 mil 662.
Estas reducciones son porque se trasladaron fondos a la compra de la vacuna Covid-19, en el momento que salga a la venta, asimismo, se le trasladan fondos a la adquisición de pruebas Covid-19 y los kits de medicamentos Covid-19, detalló Noguera. El funcionario del Ministerio indicó, que para la vacuna se asignó Q400 millones, Q200 millones para las pruebas y Q50 millones para los kits.
En lugar de buscar tapar los hoyos de corrupción para no darle menos, o hasta más al sistema de salud, hospitales y centros primarios de salud, resulta que se premia a la cartera que dirige un diputado para que se ejecuten miles de millones que, además, son la moneda de cambio con la que se pactó, entre otras cosas, la elección de la Junta Directiva del Congreso.
Si nosotros los ciudadanos no entendemos lo que pasa jamás podremos alcanzar los acuerdos que necesitamos para salir adelante. Hace unos días dije que nuestros mejores momentos no deben ser parte del pasado, si no del futuro pero depende que no solo entendamos sino que nos unamos.
El plan de McKinsey es una buena iniciativa, pero sin transparencia, sin cortes independientes y sin cambios al sistema, implementarlo es casi imposible.
Los ciudadanos tenemos la llave para evitar que se lleven las maletas a casas con pisto corrupto, ojalá pronto atinemos.
