Emilio Matta

emiliomattasaravia@gmail.com

Esposo y padre. Licenciado en Administración de Empresas de la Universidad Francisco Marroquín, MBA de la Universidad Adolfo Ibáñez de Chile, Certificado en Métodos de Pronósticos por Florida International University. 24 años de trayectoria profesional en las áreas de Operaciones, Logística y Finanzas en empresas industriales, comerciales y de servicios, empresario y columnista en La Hora.

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Emilio Matta Saravia
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Increíblemente el monto de las remesas del mes de agosto 2020 (1,050 millones de dólares) superó en un 7.1% al monto enviado el mes de agosto de 2019 (980 millones de dólares), situando el total de remesas enviadas durante los primeros ocho meses del año 2020 en 7,009 millones de dólares, un 2.2% superior al mismo periodo del año 2019.  No puede uno dejar de admirar al migrante guatemalteco.

El domingo pasado en Cadena Nacional, el presidente Giammattei, en un estulto intento de alardear sobre una reactivación de la economía que aun es incierta y en todo caso se vislumbra lejana, se refirió al incremento de las remesas de los meses de julio y agosto como una señal de que nuestra economía muestra signos de recuperación.  Obvió por completo que las exportaciones de enero a junio del 2020 han decrecido en 1.4% con respecto al mismo periodo del 2019, a pesar de que las exportaciones de la industria agropecuaria si incrementaron en 7.3% con respecto al 2019.  Este incremento se dio principalmente en las exportaciones de cardamomo (32.5%) y de café (3.2%), como consecuencia de un incremento en los precios internacionales de dichos bienes, no precisamente por políticas que hayan mejorado la productividad en dichos cultivos.  Las exportaciones de Industrias extractivas se redujeron en 16% en el mismo periodo, siendo petróleo (-74.9%) y energía eléctrica (-34.0%) los sectores más golpeados.  Las industrias manufactureras también tuvieron una reducción de 3.4% de enero a junio de 2020 con respecto al mismo periodo del año anterior, siendo el sector de vestuario (-23.0%) el más afectado, así como los textiles (-21.7) y las bebidas alcohólicas (-13.6%).  Y eso que hubo sectores como el azúcar (10.3%), los productos farmacéuticos (9.7%) y los insecticidas y fungicidas (27.8%), entre otras manufacturas, cuyas exportaciones tuvieron incrementos importantes en el mismo periodo y que ayudaron a que el golpe a la economía guatemalteca no fuera peor aún.

En el caso de las remesas, las autoridades de Guatemala, empezando por el líder del Ejecutivo, en vez de presumir públicamente sobre el monto enviado al pais, deberían demandar a las autoridades estadounidenses mejor trato a nuestros connacionales y, ante todo, velar porque aquí en Guatemala existan las condiciones económicas, sociales, políticas y de seguridad para que los guatemaltecos no tengan que migrar al norte en busca de las oportunidades que en su propia patria no tienen.  Ya suficientes gobiernos han eludido estos temas, siendo el del imbécil expresidente Jimmy Morales, el peor de todos, cuya traición a los migrantes con la firma del Acuerdo de Tercer Pais Seguro (sin anexos) con los Estados Unidos no tiene parangón.

No hay duda de que las remesas familiares son un respiro para millones de guatemaltecos que sin ellas tal vez no podrían ni siquiera comprar alimentos para su consumo diario.  Pero de eso a utilizarlas como parte de un estólido discurso para aparentar llevar una dirección correcta en la recuperación económica post COVID-19, hay una gran diferencia.

Una persona con dos dedos de frente y con un genuino deseo de construir una Guatemala diferente sentiría vergüenza de que nuestro pais expulsa diariamente a tantas personas al extranjero y que, encima, son ellos quienes terminan rescatando nuestra economia.

 

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