Ayer el doctor Edwin Asturias, en su función de Director de la COPRECOVID, se refirió al tema de la baja de pruebas en el país para detectar COVID-19. Foto La Hora/José Orozco

Ayer el doctor Edwin Asturias, en su función de Director de la Comisión Presidencial para atender la pandemia del coronavirus, se refirió a un problema que viene siendo recurrente desde el inicio y que ha sido señalado por especialistas epidemiólogos y por personas que siguen detenidamente el curso de la enfermedad y de las reacciones oficiales para enfrentarla. El bajo número de pruebas que se hacen constituye un factor que no sólo impide conocer el real avance de los contagios, sino que además repercute negativamente en la estrategia global porque sin pruebas no se puede hacer seguimiento de los casos positivos y “encajonarlos” mediante cuarentenas eficientes que permitan controlar la expansión. Y para los que están interesados en la vuelta a una mayor normalidad, esa deficiencia también significa que el semáforo seguirá en rojo por el alto porcentaje de positivos.

El doctor Edwin Asturias vino como un conocedor de los temas relacionados con la pandemia, reconocimiento que obtuvo por su acción propositiva realizada mediante las redes sociales cuando estaba en Estados Unidos ejerciendo su profesión de médico. Y creemos que lo que hizo ayer es congruente con ese reconocimiento que obtuvo antes de ser encargado de la Coprecovid porque, nuevamente, está poniendo el dedo en la llaga sobre deficiencias que terminan siendo inaceptables por sus serias consecuencias para la evolución de la pandemia en el país.

La función de garantizar la realización de un número adecuado y necesario de pruebas en distintos lugares del país corresponde al Ministerio de Salud Pública y obviamente no se trata de que haya ni divorcio ni falta de coordinación entre la comisión presidencial y el ministerio, pero la principal obligación de quien dirige la Coprecovid es con la ciudadanía y por lo tanto es indispensable que él señale no sólo las cosas buenas que se pueden estar haciendo y los errores que se pueden estar cometiendo. Por supuesto, el tema de las pruebas ha sido fundamental desde el 13 de marzo cuando se detectó el primer caso positivo.

En el mundo entero el control de la epidemia ha dependido tanto del distanciamiento social y uso de mascarilla como de la capacidad de los países para detectar rápidamente focos de contagio y aislarlos. Pero no se puede tener detección temprana sin pruebas masivas y acá, lejos de irnos acercando a una cifra modesta como la de 5,000 diarias, pareciera que vamos como el cangrejo y era importante reparar en ello. El papel de Asturias no es apañar lo que haga el gobierno sino ser una especie de voz de la conciencia.

Redacción La Hora

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