Cartas del Lector

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* Julio Roberto Bermejo González

El tema de ésta nota es de parar los pelos; pero antes creo que es de justicia referirme al Centenario del Diario “La Hora” en el que se ejerce un periodismo serio, comprometido y responsable bajo la dirección de ese valiente hombre que es Oscar Clemente Marroquín y su hijo Pedro Pablo, quienes también con mucha valentía tratan cada tema que analizan; ambos me han permitido expresar mi opinión sobre los diversos problemas del país. La patria está en deuda con ambos.

El Presidente se tardó y con ello se perdió tiempo valioso, pero al fin lo hizo. Muchas voces críticas se referían al tema de “Por qué el Presidente no removía al Ministro de Salud Pública y Asistencia Social (MSPAS) ante su evidente negligencia e incapacidad, creando una situación en la que él tenía que encubrirle sus errores y negligencias compartiendo y transmitiendo la información errónea que aquel le hacía llegar sobre el desarrollo de la pandemia COVID-19. Pero la destitución ya se dio y se nombró a un nuevo equipo que ojalá si cumpla a satisfacción su labor como dirigentes del Ministerio de Salud. Extraña que la incapacidad del ex-Ministro haya sido premiada con el encargo de dirigir la construcción de los siete (7) nuevos hospitales, olvidando que se trata de un médico sin experiencia en el tema de construcción de hospitales. Lo anterior no augura buenos resultados pero además pareciera fuera de lugar que el país se lance a esa obra – buena para un futuro – pero inoportuno por ahora, ya que los recursos existentes corresponde que ahora se inviertan- no en un juguetillo para un amigo- sino equipar las instalaciones existentes y cubrir las necesidades de equipo, sueldos, etc., del grupo humano que se está jugando heroicamente la vida en atender a los enfermos de COVID-19.

Pareciera que la única preocupación actual del Ministerio de Salud Pública fuera el COVID-19 y esto no es así. Se están desatendiendo – y lo ha estado señalando la prensa- que los programas de atención del paludismo, el cólera, la gripe, la malaria, el dengue, la tuberculosis, el sida, la oncocercosis, la tifoidea y toda la amplia gama de enfermedades endémicas que afectan al país, están absolutamente olvidadas, ignorando que las mismas tienen un nivel de morbimortalidad, sin lugar a dudas mayor que el COVID-19. Lo mismo está sucediendo con los que requieren tratamiento de diálisis, cáncer, diabéticos. Las estadísticas existentes no mienten. Algunos profesionales expertos en las citadas enfermedades han expuesto que el Ministerio de Salud Pública tiene descuidadas éstos programas y éstas enfermedades han producido y están produciendo sin divulgación de estadísticas; más muertes que el propio coronavirus. No debo dejar de mencionar la DESNUTRICIÓN CRÓNICA que está afectando a la niñez guatemalteca, principalmente en el área rural, lo cual es sumamente grave porque esa niñez está afectándose en su desarrollo física y psíquico quedando afectado de por vida y ellos serán los guatemaltecos del futuro. Se tiene conocimiento que los recursos presupuestarios de los citados programas se están trasladando al combate del COVID-19, lo que está originando un descuido de tales programas que también tienen mucha importancia para la salud del pueblo de Guatemala.

Señor Presidente Giammattei y señora Ministra de Salud Pública y Asistencia Social, con pretexto de atender el COVID-19, no desatiendan los programas referentes a los programas y enfermedades endémicas relacionadas, porque los mismos tienen su propio presupuesto y porque la desatención a ellos originara más muertes que el propio coronavirus y la desnutrición crónica de nuestra niñez afectará al guatemalteco del futuro.

Doctor en Derecho*

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