Sandra Xinico Batz

sxinicobatz@gmail.com

post author

Sandra Xinico Batz
sxinicobatz@gmail.com

A pesar de que el racismo es un problema cotidiano, que ha atravesado nuestros cuerpos por generaciones, aún se nos dificulta comprender su dimensión, sus efectos y su manera de operar, que como he mencionado en distintas acusaciones, dista de interpretarse solamente a partir de la discriminación, porque se trata de un sistema, eso quiere decir que su funcionamiento se debe a la existencia de un cuerpo compuesto por políticas, instituciones, leyes, ideas, relaciones sociales y de poder, que permiten su reproducción porque dicho cuerpo fue creado para ello, para garantizar que esta estructura no se detenga y que su forma de operar llegue a ser incluso incomprensible, para que la confusión no permita identificar que el país se sostiene sobre un andamiaje racista que permea todos los ámbitos de nuestras vidas.

Hace dos semanas asesinaron al científico maya Domingo Choc y socialmente aún no se termina de comprender el racismo que radica en la atrocidad de su asesinato, porque se ha dejado a un lado el contexto histórico, cuyo análisis nos da elementos para comprender las formas en que se ha provocado que Guatemala sea un país extremadamente religioso; en las narrativas que se reproducen alrededor de lo ocurrido se obvia que el cristianismo se ha impuesto en los pueblos originarios a través de la violencia, la muerte y la sangre de miles de indígenas en estos 500 años.

El fundamentalismo religioso que invade a los pueblos originarios es el resultado de la colonización, porque existe un vínculo ineludible entre el empobrecimiento y la dependencia a la religión. Domingo Choc fue asesinado por una turba de personas empobrecidas por el racismo estructural cuyas ideas del diablo, el infierno y la brujería les fueron impuestos por generaciones con violencia y mucho dolor. Quienes lo mataron son producto del despojo de los conocimientos y la cosmovisión que son aborrecidos por la ideología racista que relaciona todo lo nativo con lo salvaje. Su asesinato es efecto de la dominación que promueve el racismo.

Socialmente se mostró una gran indignación porque el asesinato de Domingo Choc fue provocada por personas de su misma comunidad, reproduciendo una gran cantidad de estereotipos racistas que apuntalaban principalmente al “salvajismo de los indios que entre ellos mismos se matan”. Lo cual muestra, una vez más, que impera una gran incomprensión el respecto de las formas en que opera el racismo, lo que provoca que seamos incapaces de percibir que se trata de un sistema de muerte, que destruye todo a su paso y esto ocurre en todo momento. En las últimas dos semanas asesinaron también a Alberto Cucul Choc guardabosques del Parque Laguna Lachuá y a Medardo Alonzo Lucero en Olopa, Chiquimula, el primero asesinado a balazos y el segundo torturado. Ambos hermanos mayas fueron asesinados por defender su territorio.

Existe un desprecio hacia la vida de las personas indígenas, a quienes se les asesina de diferentes formas en total impunidad. Edgar Ic, repartidor de comida, fue asesinado por la Policía hace un par de días.

Artículo anterior¡Volvemos a empezar de cero!
Artículo siguienteDe qué sirve cuando ya no estén (100 años y la pandemia)