Edith González
“Esta es una historia sencilla, pero no es fácil contarla. Como en una fábula, hay dolor. Y, como una fábula, está llena de maravillas y de felicidad”.
Giorgio Cantarini
En verdad no es la epidemia… pasados los días, las semanas y los meses, he descubierto que somos los guatemaltecos los responsables de no frenar la crisis sanitaria.
El coronavirus, como en todo el planeta, llegó en silencio, a paso ligero y sigiloso, escurridizo y no lo conocíamos una mañana, o quizás una tarde, o tal vez de noche, tomó nuestras casas, nuestras familias y rápidamente sentimos temor, angustia y actuamos como la autoridad lo ha pedido. Haciendo caso a la mascarilla, al confinamiento, a lavarnos las manos, a la responsabilidad…
Pero… nuestra responsabilidad ha sido rebasada por la irresponsabilidad de otras personas que simplemente no atienden las decisiones que emanan del gobierno. No obedecen el toque de queda; van de un lado a otro. Se emborrachan en las calles y banquetas; agreden a médicos y personal sanitario “por qué no hacen nada…”
Disparan contra policías que buscan que regresen a sus casas porque el toque de queda ya está vigente. Hay quienes se quejan de que “yo soy dueño de mi vida… a usted que le importa…”
Informes oficiales señalan que 15 mil guatemaltecos fueron detenidos durante la jornada por violar el toque de queda desde su entrada en vigor el 22 de marzo último como una de las medidas de contención de la COVID-19 por parte del Gobierno.
La Policía Nacional Civil (PNC) recorre una hora antes calles capitalinas para avisar a conductores y transeúntes de la proximidad del horario establecido y comenzar el monitoreo a nivel nacional del cumplimiento de la disposición. Este es solo un ejemplo de cómo los guatemaltecos somos responsables que la pandemia siga entre nosotros. O por lo menos que no logremos bajar los niveles de contagio, y lo peor de muerte.
Cuando el Comisionado Presidencial doctor Edwin Asturias, quien preside la comisión presidencial contra el Coronavirus, explica que estamos lejos aún de llegar a niveles que permitan encontrarnos con la nueva realidad guatemalteca, tengo más la certeza que los mismos guatemaltecos nos ponemos zancadilla con nuestra irresponsabilidad.
¿Y me pregunto si estamos seguros que queremos llegar a la desescalada? Si es así tenemos que ser responsables con nosotros mismos, con la familia y con toda Guatemala.
Y como según las personas que “quieren que ya se abra el país”, me pregunto si están conscientes que con las actitudes de ellos esto se puede lograr.
Por favor… nuestras familias esperan que podamos regresar a la tradicional forma de vida que teníamos antes de la pandemia, pero mucho de ello depende de guatemaltecos responsables y capaces de entender en dónde está el problema.
Inútil será que el gobierno haga esto o aquello si hay guatemaltecos como usted o como ustedes que exigen termine la crisis sanitaria, pero que no aportan más que su irresponsabilidad. ¿Qué piensan para acabar con ese virus, que se salve el que pueda, mientras mi negocio siga creciendo?
GRACIAS. Si GRACIAS, A LOS GUATEMALTECOS RESPONSABLES.