Fernando Mollinedo

mocajofer@gmail.com

Guatemalteco, Maestro de educación primaria, Profesor de segunda enseñanza, Periodista miembro de la Asociación de Periodistas de Guatemala, realizó estudios de leyes en la Universidad de San Carlos de Guatemala y de Historia en la Universidad Francisco Marroquín; columnista de Diario La Hora durante 26 años, aborda en sus temas aspectos históricos, educativos y de seguridad ciudadana. Su trabajo se distingue por manejar la palabra sencilla y coloquial, dando al lector la oportunidad de comprender de modo sencillo el universo que nos rodea. Analiza los difíciles problemas del país, con un criterio otorgado por su larga trayectoria.

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Fernando Mollinedo C.

El dengue sigue haciendo estragos en la salud de la población guatemalteca; hasta mediados de mayo se reportaron 6,599 casos, siendo Santa Rosa y Baja Verapaz los Departamentos con mayor índice de enfermos.

La base de datos de empleados públicos aún no llega a la Oficina Nacional de Servicio Civil -ONSEC- puesto que el Instituto Nacional de Estadística aún no los envía, lo que significa que seguimos sin saber cuántos empleados trabajan al servicio del Estado y el lugar donde se supone están trabajando.

Hoy hace ocho días se cumplieron 27 años del Serranazo acción funesta que retrató al entonces presidente de Guatemala Jorge Serrano como una persona sin visión política que actuó de acuerdo con los intereses de las cúpulas económicas que lo manejaban.

El presidente Giammattei debe darse su lugar; su cargo no es para estar haciendo bromas ni sentirse el “ungido” como otros bestias que lo precedieron en el cargo; claro, es natural que cuando ejercen ese cargo supongan que todo lo saben, todo lo pueden, se consideran todólogos, no admiten consejos y presumen que con su limitada lógica común arreglaran los problemas nacionales. Necesita cordura en sus declaraciones.

Los funcionarios y empleados públicos guatemaltecos, desde que tengo uso de razón, -salvo dignas excepciones- se comportan como abyectos lameculos de sus jefes inmediatos por circunstancias tan especiales como ignorancia, incapacidad, temor de caerle mal al nuevo jefe y necesidad de conservar el trabajo. En todos los segmentos de la administración pública podemos observar esa humillante conducta que causa vergüenza ajena.

MINISTERIO DE SALUD: COVID; blá, blá, blá y blá, blá, blá. En dos platos: NADA NUEVO, sigue en aumento el numero de contagios; sigue la mala atención a los pacientes en los hospitales nacionales y del Igss; no les pagan a los médicos por sus servicios profesionales, insuficientes insumos médicos (página 8 de Prensa Libre de fecha 26 de mayo de 2020) escasísima por no decir casi nula información radial en los idiomas vernáculos en los Departamentos ¿Para qué sirve la Academia de Lenguas Mayas?

¿Dónde está el talegazal de millones de quetzales que supuestamente se destinaron para el combate al COVID? ¿El hijo del presidente Giammattei es médico? ¿trabaja en el Ministerio de Salud y/o qué tiene que ver con los procesos administrativos de licitaciones y adjudicaciones? total: seguimos en la misma inmundicia administrativa del Ministerio de Salud.

Con tantos millones de millones de quetzales que el Gobierno COMPRE INSUMOS PARA EL LABORATORIO NACIONAL DE SALUD, es una vergüenza que pasen de 8 a 10 días sin proporcionar resultados de los exámenes realizados. “Y cuando desperté… el Laboratorio Nacional de Salud seguía igual o peor que antes”

¿Se tomaron las debidas precauciones en el Ministerio de Comunicaciones para paliar las inundaciones por las lluvias de la época? ¿Las municipalidades de las áreas urbanas limpiaron tragantes, reposaderas y basureros clandestinos para evitar inundaciones o seguirán haciéndose los desentendidos de dichos problemas? Entonces, ¿qué sucede?

 

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