Gladys Monterroso

licgla@yahoo.es

Abogada y Notaria, Magister en Ciencias Económicas, Catedrática de Derecho Financiero y Tributario de la Universidad de San Carlos de Guatemala, Diploma otorgado por la Corte de Constitucionalidad en 2005, como una de las Ocho Abogadas Distinguidas en Guatemala, única vez que se dio ese reconocimiento, conferencista invitada en varias universidades de Estados Unidos. Publicación de 8 ediciones del libro Fundamentos Financieros, y 7 del libro Fundamentos Tributarios. Catedrática durante tres años en la Maestría de Derecho Tributario y Asesora de Tesis en la Facultad de Ciencias Jurídicas de la Universidad de San Carlos de Guatemala.

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Gladys Monterroso

“Proceder con honestidad en aras de la dignidad del hombre es el compromiso más trascendente en nuestro corto paso por este mundo.” René Gerónimo Favaloro

El CANG, como institución, tanto académicamente como moral y económicamente, a los profesionales del Derecho y otras actividades relacionadas, nos ha quedado en deuda en la actual crisis que afrontamos, veamos, una Junta Directiva, es el ente ejecutor de las políticas del gremio en general, además de ser quien representa a todos los agremiados, desde hace aproximadamente 25 años, dejó de ser un ente gremial, se convirtió en un grupo de politiqueros que compran a los colegiados por un mendrugo, y aunque no es un pecado solamente de la actual Junta Directiva, tampoco los mismos han hecho nada por los agremiados, ante la actual coyuntura sanitaria que estamos viviendo, ellos siguen en su burbuja, gozando de las mieles del poder, sin un atisbo de solidaridad para con los agremiados, que no solamente con sus contribuciones, sino que con los porcentajes de las especies fiscales, que diariamente se utilizan, mantienen al Colegio Profesional más poderosos del país.

Es poderoso, porque participa en la elección como parte de muchas comisiones de postulación, quedando hasta el momento en deuda para con los agremiados, derivado de los cuestionamientos de las últimas elecciones, si sumamos a esto su falta de protagonismo en la escena nacional, a su falta de compromiso con el 99.99% de sus afiliados.

En momentos como el actual, en los que la solidaridad está ante todo, como el hecho que un restaurante de la zona 1, regale diariamente una gran cantidad de almuerzos a los necesitados, eso es un acto de generosidad y solidaridad, situación que en el CARG no se evidencia ni con lupa.

Pero esta situación es la constante en los últimos 15 años, sin importar quienes participen en el CANG, los agremiados poca o nula inferencia tenemos en Junta Directiva, cosa que deja en muy mala posición a los miembros de la misma.

El jueves circulo que el CANG, solicitó como respuesta a los requerimientos que hemos hecho, a la Presidencia de la CSJ, que principiaran a trabajar los diferentes órganos jurisdiccionales.

No pudo haber escogido peor momento JD, ya que de acuerdo a información pública, nos encontramos en momentos cruciales en la elevación de la curva de la pandemia, en otras palabras, los primeros de los peores, y JD, solicita a la Presidenta del Organismo Judicial que reanuden labores los tribunales porque los litigantes necesitamos trabajar, no es eso lo que necesitamos, poner en peligro la vida de honorables funcionarios para ganar dinero, no se mide así nuestro cuestionamiento.

Nuestro cuestionamiento va encaminado a la falta de acción de nuestro Colegio, en los momentos más difíciles para los agremiados, que no son solamente los actuales, hemos vivido momentos cruciales históricos, el CANG, no ha defendido los intereses del gremio desde siempre, los litigantes necesitamos sentirnos representados, que se vele por nuestros intereses, que existamos fuera de las elecciones para nuestros representantes, pero poner en peligro a otros guatemaltecos no es la solución a un problema que no lo tiene, pero que bien puede ser utilizado para demostrar que por algo se encuentran ahí por elección popular.

Veamos ¿Para qué se postula un grupo para dirigir una institución? Considero que para cumplir con una labor, no solamente para representar a un grupo de personas en eventos sociales, como ir a las embajadas, tomas de posesión y un largo número de acontecimientos, ese no es el deber ser de los directivos de un gremio, el deber ser es velar por los intereses de sus agremiados, cosa que hasta el momento no ha sido así.

Una semana después de escribir el primer artículo sobre las falencias más que evidentes del CANG, para con los casi 40,000 agremiados que pagamos nuestras cuotas y cuanto servicio necesitamos, sumado a lo anterior, los que quienes ejercemos la profesión liberal compramos constantemente especies fiscales, forenses y notariales de las que el Colegio recibe una comisión, como agremiados seguimos en las mismas condiciones, sin respuesta por parte de nuestras autoridades a nuestras necesidades más que sentidas.

Esperamos la respuesta del CANG, que nos está quedando a deber lo más importante: Nuestra Dignidad.

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