Marco Tulio Trejo

mttrejopaiz@gmail.com

Soy periodista, comunicador social y un soñador creador de opinión pública, para hacer conciencia que permita mejorar los problemas sociales, económicos y políticos que nos aquejan y nos mantienen inmersos en una sociedad con pocas oportunidades de vida para las nuevas generaciones. Estoy convencido de la importancia que tiene la prensa, en el fortalecimiento de la democracia, para coadyuvar a la consolidación de un Estado de Derecho con una certeza jurídica y el lema de mi señor padre siempre fue: “la pluma no se vende, ni se alquila”.

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Marco Trejo

En el Congreso de la República hay muchos diputados que caminan pregonando baños de moral, pero en realidad son los que más problemas tienen con su forma de actuar y desenvolverse en el ámbito político.

En varios casos podemos ver que siempre andan tildando y viendo el accionar de los demás, sin ponerse a analizar lo que hacen ellos como funcionarios públicos, que tienen la harta obligación de ser un ejemplo para los demás guatemaltecos.

Es necesario que todos los chapines nos involucremos en ver el trabajo que realizan estos señores denominados Padres de la Patria, porque ellos no son dueños de la curul que ocupan en el parlamento nacional, sino que son garantes derivado del voto que obtuvieron en las urnas, incluso muchos de ellos llegan a ocupar casillas que no pueden ser consideradas como no ganadas sino que compradas.

El listado nacional debe ser modificado para que los que cumplimos con nuestra responsabilidad ciudadana de emitir, cada cuatro años, nuestro sufragio, sepamos por quién se vota y no a ciegas como ocurre hasta el momento.

Los diputados, que muy pocos se salvan, han tenido una de las legislaturas más desteñidas de los últimos años de la época, mal llamada, democrática, porque no se dedicaron a legislar, cuando esa es su función, si no que se dedicaron a hacer politiquería y de la barata.

Podemos ver cómo algunos parlamentarios se han dedicado a despilfarrar los impuestos de los guatemaltecos, con viajes que no dejan nada al país, solo permiten que los Padres de la Patria reciban prebendas por el apoyo que han dado en el hemiciclo a intereses particulares y que se limiten a levantar la mano para aprobar o improbar las propuestas que emanan en la agenda legislativa.

Una agenda que es diseñada y planificada a conveniencia de los Jefes de Bloques parlamentarios, quienes se recetan, casi a dedo, lo que deben realizar en su trabajo congresil, sin importarles que no beneficie el bien común de la mayoría de los guatemaltecos que votamos en una elección general.

Por esa razón, es que a los electos diputados se les debe ir marcando la pauta de que deben cambiar esta actitud y trabajar en pro de la sociedad guatemalteca que necesita de la aprobación de leyes que cambien el camino que actualmente tenemos y que deja mucho que desear en temas de salud, educación, seguridad, desarrollo, infraestructura, entre otros.

Lo que realmente necesitamos es congresistas comprometidos con un país que los necesita para salir del hoyo en el que nos dejan los integrantes del Organismo Legislativo, Ejecutivo y Judicial, quienes solamente han visto tus intereses personales y monetarios, sin importarles que en la vuelta de la esquina se muera un niño de hambre o bien accidentándose una unidad del transporte colectivo, donde fallecen decenas de personas.

Guatemala necesita de leyes que cambien el rumbo del país en materia jurídica, económica y social que permita que todos salgamos de la crisis que nos hemos mantenido por años y que en este gobierno se acrecentó en algunos rubros que afectan el desempeño social, tal es el caso del desempleo, la desnutrición infantil, la economía y sobre todo la inversión social.

Tenemos la oportunidad de exigir y demostrarle a los nuevos funcionarios públicos que no pueden seguir actuando como lo han hecho hasta ahora, muchos politiqueros que solamente se han convertido en nuevos ricos, esos seres humanos que perdieron los valores morales y los principios individuales que no les permite ver que es más valioso el nombre de una persona que el ancho de la billetera.

Estamos por ver si los señores diputados van a recetarse una indemnización universal por el tiempo de trabajo que han prestado a la Patria, el cual no ha dejado un país diferente, sino que una sociedad sumida en problemas sociales y económicos, pero estos señores se quieren ir con los bolsillos llenos de dinero que no les ha costado a ellos, sino que a los guatemaltecos que pagan sus impuestos para cumplir con su obligación ciudadana.

 

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