Pedro Pablo Marroquín

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Esposo, papá, abogado y periodista. ¡Si usted siempre ha querido un mejor país, este es su momento de actuar!

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Pedro Pablo Marroquín Pérez
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@ppmp82

El día de mañana más de 9 millones de guatemaltecos tendrán la oportunidad de ir a las urnas para elegir a las nuevas autoridades de este país, pero lastimosamente las elecciones se celebrarán como parte de un sistema corrompido hasta lo más profundo de la médula.

Lo que ayer denunciaron de “Tu Muni” se solventará en tribunales pero no ha sido secreto que los cacicazgos municipales han recurrido a diversas prácticas para mantenerse en el poder. La gente criticaba las formas de Arnoldo Medrano porque era un “chorreado” sin darse cuenta que era la misma manera en la que operan aquellos que sienten que les asiste una honorabilidad por decreto y de manera vitalicia. La forma en la que se utiliza el poder municipal a lo largo y ancho del país, es algo que debemos cambiar de cara al próximo proceso electoral.

He insistido que en Guatemala todos debemos rendir cuenta de nuestros actos y que esa es una condición clave para construir un futuro, lo más alejado posible, de la corrupción y la impunidad que ha sido tan característica de nuestra querida pero sufrida Guatemala y en todo caso, Consuelo Porras deberá comentar respecto a los tiempos de las investigaciones.

Denunciar el sistema que tenemos no es agradable porque eso lleva aparejado injusticias, pobreza, marginación, falta de oportunidades y escasos chances de pasar de un país estancado a uno que empieza a dar los pasos correctos. Hoy estamos más centrados en las formas, en el momento, en quiénes son los sindicados de los casos y no en los hechos, las formas de operar, los recurrencia con que esto ha venido sucediendo y las consecuencias que esto ha tenido para millones de personas.

Mañana usted irá a votar y dentro de su menú de opciones tendrá al menos 73 candidatos que lograron esconderse en los listados de diputados y que son próceres del día más infame que ha visto la “institucionalidad” de este país. Y todo porque nos llevaron con las mismas reglas del juego. Puede votar nulo y si gana este voto luego deberá volver a votar por los mismos, porque las mafias del sistema no dejaron que la elección fuera con nuevos candidatos.

Dentro de las opciones presidenciales tiene un puñado de gente que decidió jugar con las reglas del sistema, sin denunciarlo, sin evidenciarlo desde el “escenario” que da una candidatura presidencial. Al menos hace cuatro años, un candidato ofreció una transición y que en 24 meses renunciaba buscando la reforma integral del Estado. Lástima que su partido era uno de los peores cánceres del sistema.

La elección debería ser clara: nunca más ir a la urnas a votar por “los menos peores”, a dar votos de castigo; a “elegir” sabiendo que el voto no es la representación de la “soberana” voluntad del pueblo porque el sufragio, en una dictadura de corrupción como la que tenemos, solo es un mecanismos de designación pero no da el poder de decisión porque los ciudadanos renunciamos a luchar por eso.

Ayer me sorprendió de manera grata escuchar a una persona con oportunidades hablando de los mínimos, de los vicios del sistema y de la necesidad de que lo reformemos por el bien de todos. Yo sé que no es una tarea fácil, pero sin duda, tampoco imposible y el nivel de podredumbre ha llegado a tal punto, que hasta los que sienten empatía por sus queridos o conocidos, saben que hemos alcanzado niveles no deseados y que de seguir en esa ruta no tenemos salida.

Vote mañana con la firme convicción que sea la última elección que celebremos sabiendo que los grandes ganadores serán los titiriteros de la Dictadura de la Corrupción.

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