Sandra Xinico Batz

sxinicobatz@gmail.com

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Sandra Xinico Batz
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A las mujeres mayas se nos asignó el trabajo de servidumbre. En nuestra historia las mujeres nativas fueron sometidas por los españoles para amamantar a sus hijos, obligadas a producir algodón y tejer grandes cantidades de tejidos que fueron enviados a España sin recibir nada a cambio de su trabajo. Los cuerpos de las mujeres vivieron las primeras invasiones de los españoles al ser violadas. Desde entonces se recluyó a las mujeres en la casa. Hasta hoy son las mujeres mayas quienes principalmente trabajan en oficios domésticos y en nuestras familias muchas mujeres rompieron con este “destino” que se impondría a sus descendientes, dedicándose toda su vida a servir a ladinos para generar recursos que les permitiría a sus hijas e hijos recibir educación y entonces tener oportunidades.

La imbricación entre racismo y patriarcado hace que la carga de las mujeres mayas sea más pesada porque entre mujeres tampoco somos todas iguales. Mientras unas mujeres se liberan, otras quedarán en su lugar y seguirán haciendo lo que socialmente se asignó a las mujeres desde el patriarcado, lo cual no se cuestionará porque serán las mujeres indígenas las que continuarán sosteniendo los trabajos de servidumbre. Son las mujeres mayas las principales guardianas de lo que persiste de nuestras culturas. Miles de mujeres mayas han venido abriendo caminos para las otras, rompiendo estereotipos, quebrando la normalización del racismo, la folklorización y el machismo, enfrentándose al despojo, deshaciendo las ideas de belleza que se nos impuso desde la blancura y recuperando nuestra belleza propia, dejando de sentir vergüenza por lo que somos.

Hay expectativa. No es la primera vez que una mujer maya participa como candidata a Presidenta en las elecciones pero esta vez hay identificación, muchas mujeres nos identificamos en Thelma Cabrera, porque sus palabras y su rostro reflejan realidad. Porque cientos de mujeres mayas sabias son las que sostienen nuestros pueblos, sostienen este país. Estamos conscientes que un voto no cambiará de la noche a la mañana la situación de empobrecimiento, exclusión y desigualdad de esta Guatemala racista, pero queremos tirar una puerta más para abrirnos más caminos para cambiar todo lo que nos parece incambiable hoy. Puede que esto sea sólo la antesala para un proceso en que tarde o temprano rompamos con esta forma de gobierno y Estado, puede ser la oportunidad para decir salirnos del sistema, puede ser muchas cosas y todo lo que viene es un riesgo, ¿Por qué no me arriesgaría entonces a elegir con dignidad o demostrar que nos identificamos con Thelma?

Una de las indignaciones que han provocado los presidentes que su historia ha tenido este país es que no conocen estas tierras, no las han caminado y sus manos nunca las han trabajado, son por completo ignorantes de la realidad porque son acomodados. La candidatura de Thelma Cabrera no es la que volvió a “levantar” el tema del racismo en Guatemala, porque el racismo es la diología que mueve a este país, es este racismo el que se quiere destruir desde todas los frentes.

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