Cartas del Lector

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Marco Trejo

Una de las peores contiendas electorales que he vivido, en los 32 años de vida democrática, ha sido esta que está por terminar con la elección popular del próximo 16 de junio, no solo por todos los casos jurídicos que se han desencadenado, sino que por la falta de propuesta política. Muchos candidatos creen que, poniendo una foto, en un cartel es suficiente para ser el elegido de la población.

Estos candidatos están muy equivocados, no me imagino quién o quiénes lo asesoran para tratar de ser funcionario público de esta manera y en muchos casos me quedo asombrado de ver cada rostro, cada nombre y cada partido político que no tiene identidad, menos ideología. Es como estar en un cuarto oscuro buscando el botón de la luz, pero en la casa ni energía eléctrica tienen.

No es concebible que los partidos políticos no tengan ni esa asesoría de comunicación, se oye que en todos los entes partidistas tienen contratados asesores internacionales que ni conoce Guatemala, mucho menos sus preocupaciones y falencias.

Los expertos políticos vienen ofreciendo el agua azucarada y se la compran, pero tratan de hacer cosas que funcionaron en otros países, pero que no funcionarán en el nuestro. En Guatemala en la tienda pedimos un agua y en el resto de Centroamérica si no dices una gaseosa, no te despachan lo que estás esperando.

He visto que muchos candidatos buscan popularidad vendiendo escándalos, no la buscan por medio de acciones positivas o bien propositivas, donde el electorado diga me gusta ese proyecto, sino que todo lo contrario. Siempre he pensado que lo positivo, trae cosas positivas y lo negativo por ende cosas oscuras.

Lo único bueno de los escándalos que hemos vivido, es que la realidad guatemalteca ha quedado al descubierto, ahora todos sabemos que es real lo que siempre habíamos escuchado como rumor y que no era una buena película de ciencia ficción. Por lo que ahora se debe trabajar para que esto nunca vuelva a suceder, ese es el reto que tienen las próximas autoridades que asumirán el 14 de enero de 2020.

Sé que no es nada fácil, es algo que va cuesta arriba pero con el trabajo de todos juntos, para el mismo rumbo se puede rescatar nuestro querido país, se debe refundar el Estado, se debe analizar lo que tenemos, suprimir lo que ha sido utilizado políticamente y se deja lo que puede sacarnos de caer en un Estado fallido.

En este momento estamos en la orilla, pero con voluntad política se pueden lograr muchas cosas, los políticos deben pensar en que también salen afectadas sus familias, sus amigos y sus empresas. Las futuras generaciones están siendo amenazadas con todo esto, debemos hacer algo para sacar adelante la economía guatemalteca y lo único que podrá, permitirnos no tocar fondo, es el trabajo en equipo, nos debemos olvidar que esta lucha es de izquierda o derecha, porque la corrupción ha sido ambidiestra.

Esta polarización que se vive es un desgaste que únicamente nos lleva al desfiladero, las instituciones del Estado ya no funcionan, las leyes están desfasadas y la credibilidad de los altos organismos desgastados como la suela del caminante. Abramos los ojos y hagamos algo diferente, lo que tenemos ahora no funcionó y la clase política, pero sobre todo la vieja política, ha defraudado a la sociedad.

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