Edgar Villanueva
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Me imagino (especulo, deseo) que todos los guatemaltecos estamos iniciando el proceso de valoración de la oferta electoral para decidir por quien votar en las próximas elecciones. En esta columna, y las próximas que escriba, tengo la intención de ir planteando criterios que puedan estar a la disposición de todos los guatemaltecos para orientar nuestra decisión en la elección de las autoridades que nos gobernarán a partir de 2020.
Primero quisiera establecer que dejaré por fuera la orientación ideológica. El ejercicio que deseo hacer es uno donde podamos evaluar ciertas virtudes y aptitudes de los candidatos, sus equipos, diputados y alcaldes, independiente del espectro ideológico donde se ubiquen. Por ejemplo, si ya tuviéramos una ideología definida y no vamos a considerar votar por un candidato que se inclina para el lado opuesto, esperaría que de todas maneras podamos aplicar estos criterios.
Para iniciar, propongo un análisis de los binomios para Presidente y para Vicepresidente. En una política personalista como la nuestra, evitar este análisis primario sería ignorar que el voto de los guatemaltecos se mueve usualmente en torno al candidato a Presidente. Si bien algunos me han planteado que los Vicepresidentes son irrelevantes para sumar votos, muchos han coincidido que pueden ser letales a la hora de restarlos, por lo que procederá a proponer que evaluemos a ambos por ser la fórmula que conducirá el Organismo Ejecutivo.
En este contexto, yo empezaría por analizar o considerar su liderazgo. Tanto ese liderazgo magnético del “líder natural” que tienen algunos políticos, como aquel liderazgo que se ejerce “de cajón” por jerarquía. Analicemos si quienes pretenden liderar nuestra nación han ejercido puestos donde el éxito de sus iniciativas ha dependido de su capacidad de manejar equipos, negociar consensos y ejecutar planes con metas claras. No importa si vienen del sector público, privado, de la academia o de la sociedad civil, veamos detenidamente si sus colaboradores los reconocen como líderes positivos, justos y trabajadores.
Como segundo elemento, quisiera plantear la evaluación de la capacidad o experiencia gerencial del binomio. Me refiero a si han tenido experiencia en dirigir equipos multidisciplinarios donde convergen diferentes personas, procesos, organizaciones y tiempos, los cuales tienen que ser “manejados” para el éxito de la misión. Esto es importante pues un Presidente y Vicepresidente por mandato constitucional dirigen el Consejo de Ministros (Arts. 182 inciso n y el 190), una reunión de equipos con la naturaleza descrita anteriormente y los cuales necesitan de un liderazgo experimentado en el manejo de personas, planes y acciones dirigidas a cumplir metas.
Como tercer elemento considero que debemos de analizar la calidad moral y ética de los candidatos. En este elemento, es importante no dejarse llevar solamente por lo que escuche en la radio o vea en Twitter. Yo invito al lector a profundizar en la vida profesional y personal de los binomios y preguntarse ¿tiene este candidato, a mi parecer y dentro de mi escala de valores, la calidad moral y ético para dirigir a los guatemaltecos? Continuará.
