Justamente como pedirle peras al olmo fue lo que hizo el llamado Foro Guatemala con su listado de medidas que deben tomar los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial para salir de la crisis política que vive el país desde el año 2015. En ningún momento toman en cuenta la cooptación del Estado, de la cual algunos de los signatarios han sido parte prominente, ni el descalabro institucional provocado por la corrupción. Como si viviéramos en el paraíso, se pide al Gobierno que adopte políticas que impulsen estabilidad y desarrollo, al Congreso actual que legisle en función del interés nacional y a las Cortes que actúen como si no fueran instrumentos de la impunidad.

Con tan obtusa visión de la realidad no se puede pretender que la propuesta fuera diferente. No hacen mención, en absoluto, de la realidad del país ni toman en cuenta el empeño del extenso Pacto de Corruptos por acabar, de una vez por todas, con la lucha contra la corrupción. El manifiesto del Foro bien podría ser el plan de gobierno de alguno de los partidos tradicionales que no se interesan en hablar de los problemas serios que tiene nuestra estructura política.

El simple hecho de proponer que el Congreso actual asuma una postura responsable para implementar la reforma al sector justicia es una perogrullada. La reforma fue propuesta oportunamente por la sociedad guatemalteca e inicialmente fue avalada por los entonces presidentes de los poderes del Estado, pero cuando se dieron cuenta que implicaba la pérdida de control que se tiene vía las comisiones paralelas de postulación, dieron marcha atrás y no se volvió a hablar del tema. ¿Creerán los miembros de ese Foro que en este Congreso se puede lograr mayoría para algo que no sea siniestro? Si lo creen están desfasados y ciegos y si no lo creen solo se comprobaría que la propuesta es una patraña más para seguir echando manos de barniz a una dolorosa y dramática realidad nacional.

Creemos que es importante avanzar en acuerdos mínimos, pero tienen que partir de la realidad y del reconocimiento de los vicios del sistema. Ignorarlos, como hace el Foro Guatemala es querer dorarnos la píldora porque esas propuestas no mencionan siquiera la raíz del problema y en algunos casos repiten la cantaleta de los implicados, como con eso de revisar la prisión preventiva “para resolver el problema de la aglomeración en las cárceles”, cuando lo que se quiere es que los sindicados puedan quedar tranquilamente en libertad.

Un diálogo nacional debe tener base sólida y no artificios engañosos.

Redacción La Hora

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