Cada día es más evidente que los corruptos se van quedando solos y que la ciudadanía que entiende el daño de la corrupción va cerrando filas, sobre todo después de las últimas acciones del tenebroso pacto que forzó a la expulsión de la CICIG y que pretende descabezar ahora a la Corte de Constitucionalidad para perpetrar el definitivo golpe al Estado de Derecho que permita consolidar la Dictadura de la Corrupción. Los campos se han ido definiendo más claramente en los últimos días y se nota ya la soledad del Gobierno, del Congreso y la Corte Suprema de Justicia que no tienen más consuelo que el que ofrecen los contratistas y, sobre todo, los financistas responsables de la cooptación del Estado que ahora mueven a sus grupos paralelos y financian los ataques en las redes sociales.

La comunidad internacional ha sido coherente al repudiar las acciones contra la CICIG y aumenta rápidamente el número de países que deploran el comportamiento del Gobierno, postura que tiene eco en infinidad de entidades y organizaciones en el extranjero que han emitido comunicados en igual sentido. Internamente las organizaciones de la sociedad civil, empezando por las iglesias, han emitido comunicados de condena a la postura oficial de dar el carpetazo no sólo a la CICIG sino que al mismo Estado de Derecho mediante acciones financiadas y patrocinadas por el mismo Congreso para descabezar a la Corte de Constitucionalidad.

Calladito se tenían los directivos de la Asociación de “Dignatarios” el generoso aporte de 600 mil quetzales que les hizo el Congreso días antes de que presentaran la denuncia contra los magistrados de la CC. Obviamente no iban a informar a los asociados porque ese “moco” no era para fines de la entidad sino el premio a los que se prestaron para hacer una denuncia espuria que permitiera el manotazo contra la CC.

Y poco a poco van quedando más claramente definidos los bandos. Por un lado una sociedad que está harta de ser saqueada por esa mancuerna entre políticos y financistas, y por el otro los pícaros que pretenden prorrogar el régimen de impunidad que alienta la corrupción. Esos bandos han sido ya perfilados en el exterior, desde donde se aprecia mejor el papel que juega cada quien en esta convulsa situación.

La respuesta que dio ayer el comisionado Velásquez a las patrañas del Pacto de Corruptos, expresadas por el señor Morales, desvanece por completo todo atisbo de lógica y racionalidad en el ataque a la CICIG y demuestra que el objetivo único es asegurar la impunidad.

Redacción La Hora

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