Francisco Cáceres

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Nació en Guatemala el 19 de Julio de 1938; tiene estudios universitarios y técnicos en ciencias jurídicas y sociales, administración empresarial, pública, finanzas, comunicación, mercadeo y publicidad. Empresario, directivo, consejero y ejecutivo en diversas entidades industriales, comerciales y de servicio a la comunidad. Por más de 28 años consecutivos ha sido columnista en este medio.

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Francisco Cáceres Barrios
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Torpemente el gobierno de Jimmy Morales mandó a patrullar la ciudad con vehículos donados por los Estados Unidos con el exclusivo fin de combatir el narcotráfico para amedrentar a la población y a la ciudadanía, sin embargo, para contener las extorsiones, asaltos y demás violaciones a las leyes cometidas por las maras y la delincuencia organizada o no, prácticamente desaparecen las fuerzas de seguridad. A lo anterior hay que sumar los constantes robos de celulares, vehículos, asaltos y cuanto delito se le pueda ocurrir a los maleantes. No hay duda, llevamos rato de vivir inseguros.

Es tal la incapacidad que demuestra cada día Enrique Degenhart, actual ministro de Gobernación, que más parece que el Presidente lo puso en ese puesto con el fin de que sea el eterno compañero de la Ministra de Relaciones Exteriores, pues a donde quiera que vaya lo lleva a la par, provocando con ello el desamparo en que vive la población, en especial la responsable de cumplir con sus deberes y obligaciones diariamente, incluyendo el pago de impuestos y contribuciones, que debieran ser útiles para el Estado en retribuir a la ciudadanía el poder trabajar en paz y dejar de ser víctimas de una partida de pícaros que abundan por todo el país, los que, sin ningún remordimiento o escrúpulo asesinan al conductor de un vehículo de transporte urbano y poco tiempo después reconozcan la autoría de la funesta obra que habitualmente representa la pérdida de un ser humano, quien en vida sostenía a su esposa, hijos o a toda la familia.

Algo que venía siendo solo rumor desde los primeros días del presente año, debido al peligro que representa que los delincuentes puedan tomar fatales represalias, son las invasiones a fincas, lo que se vino a comprobar la semana pasada cuando los propietarios de la denominada Miramar, en Colomba, Quetzaltenango, quienes desesperados ante la incapacidad de las autoridades, denunciaron la invasión de su propiedad dedicada a producir materia prima para la industria guatemalteca, además de café, ganado y otros productos agrícolas, lo que demuestra que no es una tierra ociosa, ni tampoco se encuentra abandonada para que gente aprovechada, apelando a que no tienen tierra para cultivar o para vivir quieran apropiarse de lo ajeno.

La invasión no es de ahora, se produjo muchos meses antes sin que las autoridades hayan atendido el justo clamor de los propietarios de impedirla y peor aún, cuando ellos procedieron por la vía legal, se encontraron con que la corrupta administración pública, conchabada con jueces y hasta magistrados también permitan que un grupo de pícaros, entre ellos, políticos corruptos condenados de otros tiempos y de actuales delincuentes continúen impunemente cometiendo fechorías, entre otras, las de robos, estafas, invasiones de propiedad ajena, así como el engaño y perjuicio a gente humilde, la que también por la incapacidad gubernativa, se mantiene en completo abandono y miseria. ¿Es así como se pretende incentivar la economía?

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