Pedro Pablo Marroquín

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Esposo, papá, abogado y periodista. ¡Si usted siempre ha querido un mejor país, este es su momento de actuar!

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Pedro Pablo Marroquín Pérez
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@ppmp82

Para muchos fue una total sorpresa que el presidente de la República, el señor Jimmy Morales acarreara a sus ministros hasta la Corte de Constitucionalidad (CC) en un bus de la SAAS para hacerlos presentes en la vista pública que la referida Corte otorgó en el marco del amparo que varias personas y organizaciones presentaron para detener la salida del embajador de Suecia, Anders Kompass de quien muchos en el país valoramos su trabajo. Me dio gusto ver a mi amigo Alfonso Carrillo defendiendo lo que muchos creemos.

El nuestro es un país de grandes oportunidades y de gente muy comprometida, pero también es un país de grandes deficiencias y retos que debemos enfrentar para poder generar más y mejores oportunidades para todos, mismas que solo lograremos vencer si trabajamos de manera conjunta y si quienes tienen las riendas del país, entienden que no pueden liderar poniendo a todo el Estado al servicio de las penas de unos o los perversos intereses de otros.

Por eso es que, hasta en algunas mentes más conservadoras, causó total sorpresa que Morales, con el trillado discurso de que hay que recuperar la soberanía (así como pasa en Nicaragua) le dijera a su gente que se hicieran presentes en la CC. Hay quienes dicen que no les dio mayor opción y puso, a quienes dicen no estar comprometidos con los temas personales del mandatario, en un brete porque con su presencia ayer en la máxima Corte del país ya marcaron su postura.

Lo de ayer no se puede entender nada más que como un acto de “guerra” del Ejecutivo contra una Corte que le ha sido un freno ante los abusos de poder. Hay tres magistrados en la CC que están bajo constante fuego, amenazas y presiones del mal, pero ellos deben saber que no están solos y que su firme postura es reconocida por muchos en este país que luchamos día a día por lograr los cambios y ajustes para lograr más oportunidades sin que eso signifique quitar oportunidades a quienes las tenemos.

La expulsión de Kompass hay que entenderla como un esfuerzo en el marco de debilitación de la CICIG y ahora que vendrá el pedido de renovación de la visa de trabajo del comisionado Iván Velásquez, hay que dimensionar la visita de los ministros de los intereses de Morales como un signo claro de guerra a la Corte; pareciera como que están preparando el terreno para denegar la visa y mandar un poderoso mensaje a los magistrados que nos son aliados al régimen.

Hay quienes, quizá sin saber y otros sabiendo mucho, excusan que el mandatario tiene facultades pero es importante destacar que las mismas no son absolutas y tienen límites y no entender eso es grave porque son justamente esos equivocados conceptos de que las autoridades puedan hacer lo que les venga en gana, lo que lleva a situaciones como la de Nicaragua, por ejemplo.

Siempre he visto con mucha preocupación que Morales y su Gobierno no muestren la misma energía y rechazo contra Ortega y Murillo como aquí lo hacen con Velásquez y Kompass; con el antejuicio del viernes, Morales siente que la marea se acerca y está más pendiente de quién se las paga y no quién se las debe y eso es sumamente peligroso pues nos puede llevar a estallidos.

Ortega logró controlar a varios partidos para unificarlos en su agenda (como pasa aquí con los que desde el Congreso buscan consolidar el Pacto de Corruptos) y logró el control de una buena policía para usarla cuando quiso recurrir a la fuerza (aquí han desbaratado mucho de lo logrado y de un plumazo dieron 320 ascensos buscando falsas lealtades).

Digo lo anterior porque a quienes les preocupa la situación económica y equivocadamente quieren culpar la lucha anticorrupción por ello, es bueno que abran los ojos porque dejar que se consolide la dictadura de la corrupción es una debacle para todos, por muchas oportunidades y recursos que tengan algunos.

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