No estamos acostumbrados, en Guatemala, a exigir responsabilidades a los funcionarios, y por ello es que tenemos esa clase de servidores públicos puesto que todos creen que pueden hacer lo que les da la gana sin necesidad de rendirle cuentas a los ciudadanos bajo ninguna circunstancia. Esa tendencia explica claramente cómo es que tenemos ejemplos como el del Ministerio de Ambiente, la Canciller o el Director Ejecutivo de Conred que realmente paran el pelo por la forma en que, con desfachatez y cinismo, muestran su incapacidad para el desempeño de los cargos que ostentan. Y citamos apenas los casos más notorios por la aparición pública de los personajes, pero en general se puede afirmar que el conformismo ciudadano es causa de ese comportamiento de quienes debieran servirles.
Por ello es importante lo que ayer anunció el Frente por la Transparencia conformado por diputados que tratan de nadar contra la corriente, en el sentido de iniciar acciones penales para deducir responsabilidad al Director Ejecutivo de la Coordinadora para la Reducción de Desastres, Conred, por la forma en que actuó durante la emergencia del Volcán de Fuego. Y es que tenemos que entender que el simple hecho de asumir una función pública para la que no se está capacitado es ya una falta de respeto a la gente, pero mucho más cuando se trata de un cargo que tiene que ver, literalmente, con decisiones de vida o muerte para muchos.
Al margen del compadrazgo que pudo haber en el nombramiento de algunos de esos personajes, salta a la vista cuando alguien no tiene preparación suficiente para el desempeño de funciones públicas, y en el caso del señor Cabañas basta ver la manera displicente en que fueron tomadas las advertencias que hizo el Insivumeh para entender que hubo descuido criminal y que ello provocó la muerte de muchas personas.
Si Conred hubiera dado los avisos correspondientes en forma oportuna y la gente no evacúa, se podría alegar, como lo ha hecho el gobierno, que los pobladores no quisieron dejar sus viviendas. Pero no hay ninguna evidencia de que con tiempo suficiente se hubiera siquiera dado algún indicio de que era necesario evacuar los alrededores del volcán y luego, cuando junto al Presidente dieron la conferencia de prensa, simplemente uno y otros se encargaron de maquillar la situación sin entender, ninguno, su grave responsabilidad en la falta de manejo oportuno de la crisis.
Castigar la irresponsabilidad debe ser parte de la nueva forma de actuar de los guatemaltecos para exigir cumplimiento de deberes a sus funcionarios.