No se escuchan ahora protestas por la falta de certeza jurídica, luego de que un operativo realizado para capturar a personas implicadas en casos de corrupción fracasó porque alguien con poder, decidió alertar a los sindicados para que pudieran alejarse de sus residencias de manera que cuando llegaran los investigadores y la policía no pudieran encontrarlos. Fue tan burdo el asunto que uno de los fugados dejó en el sitio a su abogado quien pacientemente esperó a quienes llegarían con la orden de captura.

Al momento existe peloteo entre instituciones respecto a dónde pudo producirse la fuga, pero es obvio que a partir de este año cambiaron muchas cosas, entre otras el plan piloto para procesar las órdenes de detención dispuesto por magistrados de la Corte Suprema de Justicia, así como el modelo seguido durante varios años por el ministro de Gobernación Francisco Rivas con los integrantes de la cúpula de la Policía Nacional Civil removidos abruptamente hace algunas semanas.

El caso es que la CICIG indicó ayer que los sindicados recibieron llamadas telefónicas el día anterior en las que les alertaron sobre la inminente captura y pudieron escapar sin ningún problema, lo cual evidencia la vulnerabilidad existente en el manejo de protocolos que hasta principios de este año funcionaron a perfección en casos aún de mayor impacto, lo que obliga a buscar mecanismos para que esos tentáculos de la impunidad no se sigan extendiendo hasta hacer estéril todo el trabajo de los investigadores para esclarecer los casos de corrupción.

Preocupa muchísimo el precedente sentado ayer por la maliciosa filtración de un operativo de captura de sospechosos investigados conjuntamente por la Fiscalía Especial Contra la Impunidad y la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala porque con ello se materializa, de hecho, el propósito que se tuvo el año pasado de acabar con la CICIG mediante la expulsión de Iván Velásquez. Recurriendo a perversos procedimientos se está serruchando el esfuerzo para controlar a los grupos criminales que se han dedicado al saqueo del país, y eso es sumamente grave porque demuestra cómo es que basta una persona con autoridad para tener acceso a las informaciones para destruir el trabajoso esfuerzo de romper con los moldes de impunidad en Guatemala.

Y no les importa que los reflectores les apunten porque lo fundamental es que se concrete el Pacto de Corruptos en el sentido de minar el trabajo de los entes de investigación. Lo de ayer fue las vísperas de lo que se vendrá con el Fiscal General que designen para asumir en mayo.

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