Oscar Clemente Marroquín
ocmarroq@lahora.com.gt
Es importante ver cómo ante la proximidad de la elección de Fiscal General la sociedad empieza a manifestarse para demandar un proceso que no se contamine con los conflictos de interés que existen no sólo entre los postuladores, sino principalmente en la Presidencia de la República, de manera que pueda mantenerse el esfuerzo contra la impunidad que es la piedra angular de los problemas existentes en el país.
Y hoy la Asamblea Ciudadana Contra la Corrupción y la Impunidad ha lanzado una convocatoria pública para una marcha el próximo jueves con el objetivo central de impulsar un proceso transparente para elegir Fiscal General de la República, en la que participarán, de entrada, alumnos de las universidades San Carlos y Rafael Landívar, quienes han venido funcionando en el marco de esa Asamblea que surgió justamente cuando se dieron las movilizaciones tras el destape de la corrupción. Y es que se tiene que entender que esa designación que deberá hacer el presidente Morales dentro de una lista de seis que deberá proporcionarle la Comisión Postuladora constituye el punto más importante para establecer el futuro de la lucha contra la impunidad toda vez que dependerá del Ministerio Público no sólo la futura cooperación con la Comisión Internacional Contra la Impunidad, sino que también el curso de los procesos existentes relacionados con el enriquecimiento que se ha hecho con los dineros del erario.
Un Fiscal comprometido con el Pacto de Corruptos sería la garantía absoluta de que se termina el esfuerzo nacional contra la corrupción en el país, y de allí que cobre tanta importancia la participación de los ciudadanos en el esfuerzo por preservar al Ministerio Público. Los ciudadanos guatemaltecos hemos sido generalmente indiferentes ante los problemas más serios del país y nos desentendemos de las cuestiones más importantes en los momentos cruciales, dejando así el campo libre a los pícaros para que puedan continuar con sus mañas. Y es que a fuerza de tanta represión se llegó a terminar por completo el sentido de la solidaridad y de responsabilidad cívica, habiendo asumido la corrupción como algo inevitable con lo que hemos tenido que convivir aunque cada vez esté más claro que su costo ha sido inmenso en cuanto a freno para el desarrollo del país y para las oportunidades que reclama la población.
Es momento de unificar todos los esfuerzos y que junto a la Asamblea Ciudadana participen todos los colectivos que de una u otra manera han mostrado su repudio a la forma en que se ha pervertido al Estado de Guatemala. Al margen de banderas ideológicas y con la clarísima visión de entender que Guatemala no tiene viabilidad en medio de la impunidad, todos los sectores tenemos que sumarnos a estos esfuerzos que se hacen para estructurar una actitud de civismo pleno que nos permita mostrar un frente común para, literalmente, salvar al país que ha sido secuestrado desde hace mucho tiempo por los corruptos que ahora, ante la arremetida de la justicia, se han reagrupado y hacen esfuerzos por acabar con la lucha por la transparencia y la justicia.