Lic. Douglas Abadía C.
douglas.abadia@gmail.com

Nuestro hermano país centroamericano, Costa Rica, ha llevado a cabo el final de su proceso electoral, ha desarrollado la segunda vuelta en un clima a nivel general aceptable.

Actualmente, Costa Rica está regida por su Constitución Política, la cual data del año 1949, dicha Ley suprema establece un régimen presidencialista y un Estado unitario.

Estamos frente a una de las democracias más antiguas y con mayor estabilidad de América Latina, en la Suiza de América se han llevado a cabo varios procesos electorales caracterizados por una amplia participación popular y por el respeto entre gobernantes en cuanto a la transición del poder y sobre todo, en respetar su período Constitucional.

La contienda electoral enfrentó a dos personajes ticos con características diametralmente opuestas, el único denominador común que poseen es que son de apellido Alvarado.

Afortunadamente, los ticos han sabido distinguir entre el fanatismo religioso y la racionalidad; los años de vivir en democracia en tierras ticas se han evidenciado una vez más, han escogido la opción menos controversia, pero sobre todo han logrado vencer la preeminencia de cualquier religión sobre la laicidad del Estado.

Mientras en Guatemala nuestra democracia sigue en pañales, si ambos candidatos a la Presidencia de Costa Rica hubieran participado en la tierra del quetzal, sin dudarlo hubiese resultado ganador el candidato religioso; explicado en parte por ser un pueblo cachureco de doble moral, donde lo intangible predomina sobre la razón.

A lo largo de la historia mundial, y en específico del caso centroamericano, la humanidad ha luchado por separar la religión del Estado, muchos funcionarios actuales se refugian en la religión para legitimar su llegada al poder.

He conocido funcionarios guatemaltecos que juran hablar con Dios, y sobre todo les envían directrices para “gobernar”, si Dios es amor dudo que les instruya hacer todo lo contrario.

Finalmente, el ejemplo tico debe servir para reflexionar como país que deseamos en la próxima contienda electoral, si vamos a apoyar a los mismos ladrones de siempre o vamos a oxigenar nuestro sistema político en aras de fortalecer la democracia en las tierras de la eterna hueveadera.

Lamentablemente nuestro pueblo es poco instruido en temas políticos, los acarrean a gusto y antojo, los manipulan y sobre todo, coaccionan para votar por el candidato que garantiza el status quo.

Cabe mencionar que independientemente del papel que realicen el señor Alvarado y su vicepresidenta, Campbell (la primera mujer afrodescendiente en llegar a esas esferas de poder político) Costa Rica da envidia de la buena, sus indicadores sociales y económicos son mucho mejores que los nuestros, para guinda al pastel su selección de fútbol (reflejo de la sociedad) clasifica a los eventos mundialistas cada cuatro años en todas las categorías, sus jugadores militan en ligas de alto nivel competitivo, para muestra Keylor Navas, portero titular del Real Madrid, de paso que juegan en la MLS o en la liga de ascenso de cualquier liga.

Sin Ejército ni fundamentalismos religiosos Costa Rica enfrenta los retos y desafíos del futuro de la mejor manera posible, mis sinceras felicitaciones al pueblo tico!

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