Gladys Monterroso
licgla@yahoo.es

“Cada partida es una anticipación de la muerte y cada encuentro una anticipación de la resurrección”.
Schopenhauer

El momento más significativo de la Semana Santa es la Resurrección, por ser el más enriquecedor de la misma, nos enseña que todo se renueva, y que como el Ave Fénix, todo ser viviente se puede levantar de sus cenizas, y eso sucede con la sociedad en general, resucitamos, y es más vibrante que la vida misma.

Viene a colación lo anterior, porque nuestra sociedad, tanto como el ser humano, tiene la oportunidad de resucitar, cuando ha muerto, o creído morir, hay una luz al final del camino, pero primero debemos encontrar el camino, y caminar entre podredumbre, lodo y piedras, hasta visualizar la luz.

Guatemala se encuentra en un momento de resurrección, y replantearnos el significado de la misma, no porque alguien haya muerto, porque nosotros nos merecemos, después de una muerte sangrienta, duradera e inmisericorde, el momento de la reconciliación es el de la renovación.

Como muchos, sufrí el Conflicto Armado Interno en carne propia, perdí seres muy queridos, sentí miedo, pero siempre creí en un mundo mejor, fui revolucionaria como me merecía serlo, tomando el término revolución, como un cambio profundo de algo con lo que no estamos de acuerdo, nunca estuve de acuerdo con un mundo de contrastes tan intensos como el nuestro, que las casas de cartón se encuentren casi en medianía con grandes palacetes, demuestra, según mi percepción, el sinsentido de las diferencias sociales y económicas.

Pero, ese fue el momento histórico que me ha tocado vivir, y a mi muy personal forma de ser, he tratado de apoyar el cambio, no es necesario gritar, para que la voz se escuche, tampoco vestirse de colores chillantes para ser visible, lo más importante es decir lo que se piensa, por convicción.

Guatemala tiene derecho a resucitar, no podemos, ni debemos seguir viviendo en un pasado por demás doloroso, desangrado de ideas, debilitado, más no vencido de vidas útiles, la historia está ahí, no la podemos cambiar, pero si seguir adelante con la frente en alto, porque hemos aprendido a vivir con dignidad, y la misma tiene un valor, más no un precio, porque todo lo que se puede pagar es material, y nuestra riqueza se encuentra en lo más profundo del ser.

Merecemos nuestra propia resurrección, y el momento ha llegado, las heridas no se pueden eliminar, porque la cirugía plástica para el alma no existe, más, lo que acrecencia nuestra riqueza internamente, increíblemente son las cicatrices, cada una tiene su propia historia, y por efecto una lección de vida, que es parte de la historia propia y general, así que debemos seguir transitando el camino de la vida, cargar con nuestras cicatrices sin que las mismas pesen, porque las podemos convertir en obras de arte que renueven nuestro ser.

La resurrección, es el momento más importante en el transitar por el mundo, quien resucita, ganó un paso adelante, porque supo salir indemne de sus propios infiernos, que muchas veces no son pocos, y si muy dolorosos, pero todo se puede superar, siempre que exista voluntad para hacerlo, dejar los demonios atrás es difícil y contradictorio, pero alimentarlos crea una constante zozobra inmerecida para cualquier ser humano.

Jesucristo resucitó, se crea o no en Él, en el mundo occidental existe un antes y un después de su muerte y resurrección, en su grandeza dejó atrás el sufrimiento y la gloria, para poder vivir en paz consigo mismo, esa es la riqueza de sobrevivir al dolor cualquiera que este sea.

Guatemala se merece resucitar, ha muerto o creído morir tantas veces a lo largo de su historia, que las heridas se deben convertir en cicatrices, porque relamernos las mismas, las puede infectar, y no dejarlas sanar.

Sigamos adelante, que la vida principia todos los días, y este país para salir adelante necesita que el sol entre en los parajes más recónditos, para sanar por fin, pasar página, que solamente quien lo sabe hacer, puede renacer, y el renacimiento es vida más allá de la muerte, la misma no es otra cosa que un transitar necesario, así que adelante Guatemala.

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