Jesús Alvizures
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Con suma consternación el pueblo católico guatemalteco recibió la noticia del fallecimiento del Arzobispo metropolitano Oscar Julio Vian Morales a las dos de la mañana del 24 de febrero de 2018; se describe que a lo largo de su carrera eclesiástica sembró en los fieles la fe y el amor que debe existir entre los vivientes de la tierra.

Predicó en el pódium de la Catedral de la capital; su búnker de libre acceso eclesiástico, donde externó la igualdad, el amor y el entendimiento entre hermanos, habló de la pobreza del pueblo y las injusticias políticas de los gobiernos que a lo largo de la historia se han sucedido en este país de la eterna mañosería. Porque ya no es de la eterna primavera.

El Arzobispo Vian Morales no ha sido una figura cristiana acomodada ni apegado a las políticas que empobrecen al pueblo; su visón primordial fue buscar nuevos horizontes para sustentar a sus ovejas; cristianos gestadores del bien.

Dios; el Dios de nuestra creencia lo ha llamado a su seno celestial; y le dará el descanso eterno en el paraíso Espiritual, lugar a donde van los justos, los que buscaron la convivencia dentro del círculo del mundo para una paz universal.

El Arzobispo; ministro que habló en el templo a diferentes extractos sociales a quienes dio su mensaje enfocando el amor y la igualdad entre los seres humanos.

Más en nuestro medio se sabe que quienes guillonean las políticas y los capitales no escuchan razonamientos que vislumbren un horizonte despejado de pobreza; más para alcanzar la grandeza de nuestro pueblo muchas veces maltratado. La religión católica ha estado presente bajo la dirección de sacerdotes, obispos ungidos de Dios que han dado consuelo a las masas desposeídas que lo han perdido todo menos la fe en su creador.

Descanse en paz el Arzobispo Oscar Julio Vian Morales; hombre con sotana, sacerdote elevado que a su paso por esta esfera terrestre señaló errores de lo que se debía corregir; la historia registra su palabra en la prensa nacional que externa la verdad.

Yo así le conocí en una visita; predicando en sus sermones lo que todos debemos hacer para forjar un futuro mejor para nuestros hijos y la patria misma.

Un pueblo que conoce y obedece los mandatos de Dios en sus enseñanzas; habrá de ser un pueblo prospero en todos los lineamientos de la vida.

Sentido pésame a su familia, a los guatemaltecos que profesan la fe del catolicismo. El amor no hay que desechar, para vivir en armonía, en paz con Dios y consigo mismo.

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