Pedro Pablo Marroquín Pérez
pmarroquin@lahora.com.gt
@ppmp82
Nadie en el mundo quisiera tener que sufrir las consecuencias de nuestras malas decisiones pero pasar por esas situaciones es parte del diario vivir y como bien dijo el mariscal de campo (para que no me digan pocho) de los Eagles, Nick Foles, si algo está pasando en su vida y usted está teniendo dificultades, valórelo porque usted está creciendo.
Y traigo a colación eso, porque muchos (no todos) de los que han tenido que enfrentar algunas consecuencias judiciales por sus malas decisiones, en lugar de entender sus actos como una posibilidad de aceptar y enmendar, se han dado a la tarea de intentar derribar todo como mecanismo de salvación porque eso de andar aceptando responsabilidades es, según su entender, “para débiles sin mayor poder e influencia”.
Eso fue lo que los llevó a revivir los intentos de expulsión del comisionado Iván Velásquez y explorar diversos caminos tras el fracaso de Sandra Jovel y Jorge Skinner Klée en la ONU, evento que además marcará a ese par por el resto de sus vidas, vayan a donde vayan y hagan lo que hagan, no solo como inútiles sino como serviles de la calaña que desea atar a Guatemala a los lazos de la corrupción eterna.
El claro mensaje que mandó Estados Unidos a través de la Embajada en Guatemala disipó la duda en torno a si EE. UU. apoyaba o no a Iván Velásquez pues fue, durante mucho tiempo y así se vio en la ONU, el caballito de batalla de aquellos que de “mentiritas” dicen que apoyan a la Comisión Contra la Impunidad en Guatemala (CICIG) pero no a Velásquez.
La realidad es que no apoyan ni a una ni a otra, pero entienden que la Comisión sin el colombiano se acaba porque en lo que un nuevo comisionado se acopla, ya llegamos al fin del mandato y alguien nuevo solo vendría a atestiguar cómo, desde un Ministerio Público tomado, se derrumban todos los casos por pedido de la misma FECI.
Los viajes a Estados Unidos no son casualidad y es que buscan contar con un dedo pulgar en alto de los mandos importantes para ejecutar la expulsión de Velásquez mediante algunas de las opciones pactadas; el Tweet del martes cambió un poco el panorama y esperan jugarse todo en la reunión con Trump que fue hoy de las 6:45 a 7:00 hora de Guatemala.
Al mandatario estadounidense esperaban poderle presentar un panorama que lo haga sentir similitudes de lo que él se queja, diciéndole que ambos son víctimas de investigadores “sesgados” que desean apoyar a grupos que no ganaron las elecciones y que todo lo que pasa en Guatemala es culpa de Obama. Buscan con eso, que Trump zafe la varita a la política de Estado con apoyo bipartidista que apoya la lucha contra la corrupción.
Esperan lograr un Tweet o algo que los aliente de manera suficiente para ejecutar el “Serranazo” que han venido fraguando con tanto empeño y cariño, dispuestos a llevarnos a un aislamiento que ni los más grandes capitales aguantarán, especialmente los que están haciendo porras para que ejecuten la locura.
Por eso es que ayer dijimos, sin temor a equivocarnos y con la certeza que si fallamos estamos atestiguando el fin del sueño, que este es el momento ciudadano en el que debemos atinar a ejercer ese papel que históricamente ha marcado el rumbo de los países que pasan del subdesarrollo al desarrollo integral y sostenido de su gente, sin importar su origen o posición social.
Sé que hay buenos y muy comprometidos empresarios que están dispuestos a jugar su papel porque se resisten a pensar que el modelo económico deba tener los vicios actuales y sé que hay mucha ciudadanía jugando y dispuesta a jugar su papel; gente que no se identifica como izquierda o derecha, sino hartos de la corrupción que hacen por igual los de la izquierda o la derecha.
Nos vienen días duros porque nos jugamos el futuro, eso no lo dude. Ojalá quienes sienten preocupación entiendan que son instrumentos del Padrino del Sistema para esconder sus culpas y que si están dispuestos a reconocer los errores, hay espacios para enmendar y la sociedad y sus familias, se los reconocerán y agradecerán.
