Juan Francisco Reyes López
jfrlguate@yahoo.com

En la página 321 del libro de memorias de Álvaro Arzú, ante la pregunta y respuesta el entrevistador y Álvaro dicen: “¿Y cómo sucedió todo después de dejar el poder? Cuando salí de Presidente resentí el escarnio. Fue desagradable salir por la parte de atrás del Teatro Nacional con mi familia, tras la rechifla de la galería, para montarnos en el automóvil e irnos. Sentí cierta amargura, me sentí golpeado. Y fue peor cuando miré el Teatro Nacional repleto y la gente chiflándome, exaltada. Incluso yo fui quien decidió salir por atrás del telón del teatro, en gesto simbólico. Una forma de no quitarle protagonismo al nuevo Presidente, que estaba con todo su público, porque pienso que probablemente no me hubieran agredido ni me hubieran atropellado, pero también hay que tomar en cuenta que yo estaba con mi esposa e hijos, y no los quise exponer a ellos ante la horda, ante la masa exaltada.

Salimos por la parte de atrás y yo me fui manejando el carro, conduciendo a mi familia hacia mi casa de Las Conchas”.

Es procedente hacer las siguientes aclaraciones: Según las disposiciones del gobierno de Álvaro Arzú, y mediante Acuerdo Gubernativo, el responsable del procedimiento, formalidades y actos de cambio de mando, fue el entonces ministro de Relaciones Exteriores, Eduardo Stein, a quien con más de 45 días se le aprobó, que sin licitación, realizara los gastos necesarios para la ceremonia de cambio de mando a la que asistirían presidentes, vicepresidentes o representantes de casas reinantes y embajadores de los países acreditados ante el gobierno de Guatemala.

Como se puede comprobar fueron numerosos los gastos que no procedían al cambio de mando, ejemplo, un oneroso almuerzo que durante el mes de diciembre se realizara en un conocido restaurante especializado en mariscos de rio, en la Rivera del Rio Los Esclavos. El gobierno entrante no tuvo o emitió opinión respecto a todos esos gastos o sus preparativos.

Debe, asimismo, señalarse que, la gran mayoría de invitados al Teatro Nacional fueron del gobierno saliente y del partido PAN, solo cien invitaciones fueron entregadas al gobierno entrante; por consiguiente, el 90% aproximadamente de asistentes eran invitados del gobierno saliente y del PAN y ellos eran los que llenaban el Teatro Nacional.

Si Álvaro recibió alguna rechifla pues es posible que la misma proviniera de quienes habían tomado el control del Partido de Avanzada Nacional; es más, el acto de transmisión de mando fue retrasado intencionalmente, por más de cuatro horas, bajo el ardid que la sesión solemne del Congreso en el Palacio Legislativo no había concluido, sesión que presidía Leonel López, quien era el nuevo secretario del PAN.

Este retraso obligó a mandatarios que habían venido a estar presentes al acto de transmisión de mando, a retirarse a su país. Ejemplo de ello fue la presidente de Panamá, Mireya Moscoso.

Cuando por fin se efectuó la segunda parte de la sesión solemne del Congreso de La República, con la nueva Junta Directiva presidida por el General José Efraín Ríos Montt, ya en el Teatro Nacional, no se efectuó ningún acto que pudiera ofender al presidente Álvaro Arzú, al vicepresidente Luis Flores o a sus distinguidas esposas, todos quienes fueron respetados y si Álvaro decidió no salir por los pasillos del frente del Teatro Nacional fue, como él lo indica, una decisión personal.

¡Guatemala es primero!

Continuará…

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