Juan Francisco Reyes López
jfrlguate@yahoo.com

En las páginas 283, 284 y 285 Álvaro Arzú se refiere al hecho que su gobierno estableció relaciones con Cuba. Al respecto, lo primero que debo señalar es que nuestro gobierno, en uso de la potestad constitucional que le corresponde al Presidente de la República y en la que coadyuva el Vicepresidente, mantuvo dichas relaciones de forma continuada e ininterrumpida.

Sin embargo, a diferencia del presidente Álvaro Arzú, no evadimos la responsabilidad de votar en contra de dicho país en Naciones Unidas, en cuanto al incumplimiento de derechos humanos en Cuba, hecho que no significó romper relaciones diplomáticas ni dejar de aceptar el positivo apoyo en educación médica y en una misión de médicos de Cuba en Guatemala; es decir, supimos diferenciar las cosas, como es y debe ser la política internacional de un país.

En el año 2003, en un desayuno en el que estuvo sentado al frente mío el presidente Fidel Castro, se conversó, a instancias del Presidente Toledo de Perú, sobre aspectos desarrollados por el gobierno de Cuba, el presidente Fidel Castro, de forma categórica y respaldada nos explicó sus logros en educación, en agricultura y en medicina, lo que me permitió expresarle que lamentablemente yo no podría comprobar y apreciar los mismos por cuanto me era difícil ir a Cuba después de las críticas públicas que él había hecho de nuestro gobierno por no votar a favor de Cuba en la Comisión de Derechos Humanos en Ginebra.

Fidel Castro, con un gran señorío, me respondió “Chico esas boberías están superadas, cada quien tiene que votar como lo considera conveniente y yo te invito personalmente a ir Cuba durante dos semanas”.

Acepté la invitación que me permitió, con las limitaciones del caso, ver los programas de producción agrícola, urbana y extraurbana, la universalización de la educación para todos los cubanos y la Escuela de Medicina, que le ha permitido a Cuba tener uno de los mejores sistemas de salud e internacionalizar las misiones de médicos a varios países, incluyendo Guatemala; así como la de aceptar becados de numerosas nacionalidades, incluyendo guatemaltecos.

La visita concluyó con una cena personal con el presidente Fidel Castro, la cual se inició a las 20:00 horas y concluyó a la una de la mañana, cuando Fidel viéndome agotado dijo: “Chico tú ya tienes sueño, así que demos por terminada nuestra conversación”.

Al día siguiente fui despedido en el aeropuerto por dos de los Ministros que me habían atendido, el de Educación y el de Relaciones Exteriores, quienes me entregaron numerosos presentes en nombre del presidente Fidel Castro, de los cuales conservo dos botellas de ron “Habana Club”. También me entregaron una enorme caja de 100 puros los cuales obsequié a diferentes personas por cuanto yo no fumo y como es sabido los puros cubanos son de la mejor calidad.

Si comparamos la forma en que fui atendido en mi visita, la cena con el presidente Fidel Castro y la forma en que fui despedido protocolariamente en el aeropuerto, con la forma en que fue tratado el presidente Álvaro Colom en su visita a Cuba, pues puedo decir que el contraste fue enorme lo cual comprueba las buenas relaciones que existieron entre el gobierno de Cuba y nuestro gobierno.

En conclusión, nuestra política internacional con Cuba fue exitosa, de respeto mutuo y en ningún caso limitada o subordinada; fue lo que procedía, según el caso; es decir, independiente y procedente de mutuo respeto.

¡Guatemala es primero!

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