El día de ayer reportamos que nueve empresarios acusados en el Caso Construcción y Corrupción, que se relaciona con la labor de Alejandro Sinibaldi (entre otros), se acogerán al procedimiento abreviado dado que aceptarán su culpabilidad por los hechos cometidos.

Decimos que es un paso al frente porque vivimos en un país en el que negar cualquier responsabilidad muchas veces ha sido el camino predilecto para afrontar cualquier acusación. La jueza aún debe decidir si acepta el acuerdo alcanzado entre los acusados y la Fiscalía.

Pero destacamos el punto porque en La Hora consideramos que una parte fundamental en este proceso de cambio que tanto necesita el país, consiste en esa capacidad que tengamos los ciudadanos de vernos para adentro y saber reconocer qué hemos hecho bien y qué hemos hecho de mala manera.

En la medida en que sigan existiendo personas que estimen estar por encima de la ley, que su posición o nombre les otorga beneficios que los protegen de cualquier investigación llevada a cabo en base a lo que manda el ordenamiento jurídico, nuestro país seguirá en una complicada ruta porque tales personas son las primeras opositoras a cualquier cambio de fondo en nuestro sistema.

Una cosa es cometer cualquier acto que puede ser tipificado como delito y otra es la actitud que cada individuo asuma en su defensa. Excusas hay para todos los gustos y sabores, y últimamente hemos visto que muchos acusados más allá de defenderse han pasado a la ofensiva diciendo que todo lo que les ocurre es parte de un plan orquestado y para el efecto enarbolan el argumento ideológico que tanto ha polarizado a la sociedad.

Consideramos que las investigaciones iniciadas eran necesarias, y quienes han hecho de las “suyas” en varios ámbitos deben enfrentar la justicia, pero también hemos advertido a la población que si no somos capaces de lograr cambios de fondo, mañana solo serán otros los nombres, pero los negocios persistirán como hasta la fecha.

Los retos son enormes y por eso apoyamos las reformas al Sector Justicia y denunciamos que la razón por la que algunos no querían las reformas, radicaba en que las mismas atacaban los vicios existentes a la hora de nombrar a los funcionarios de todo el Sector Justicia y muchos no están listos para vivir en una Guatemala distinta.

Lo mismo ocurre con el sistema político y por eso es que los congresistas se quitan las máscaras para defender lo que les ha sido tan rentable a pesar del robo de oportunidades que es posible a las reglas de la cooptación que desean mantener intactas.

Vernos para adentro, es el primer paso para el cambio.

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