Ante las pobres cifras de ejecución presupuestaria que reflejan la ineficiencia del gobierno de Jimmy Morales, se ha girado la consigna de que en los días que faltan para el cierre del ejercicio 2017 las unidades ejecutoras gasten en lo que sea, pero que gasten para elevar los porcentajes de ejecución, lo que constituye una soberana irresponsabilidad porque el dinero de los contribuyentes debiera ser utilizado racionalmente para aprovechar los exiguos recursos en beneficio de asuntos importantes y convenientes para la población.

Al margen de la corruptela que puede implicar esa forma de gastar dinero sin ton ni son simplemente para aparentar capacidad de ejecución, es obvio que la intención es derrochar porque mientras más dinero se gasta se da la sensación de que hubo mejor trabajo y se realizaron cosas. Y como carecemos de un adecuado sistema de rendición de cuentas, pues resulta muy fácil emprender esa irresponsable actitud de gastar por gastar.

En un país como el nuestro, con las carencias y necesidades que tenemos, llora sangre que desde el centro mismo del poder se otorgue carta blanca a los funcionarios para que gasten sin que importe ni en qué ni cómo. Convencieron al Presidente de que es la única manera de superar ese récord terrible que hoy ostenta su gobierno como el más ineficiente en la historia del país si tomamos como indicador la capacidad de ejecución de las distintas dependencias públicas. Por ello es que se otorgan bonos, se gasta en regalos navideños y en auténticas babosadas con tal de que el 31 de diciembre de 2017 puedan presentar “resultados” en cuanto a la ejecución presupuestaria. Y como los ciudadanos somos poco exigentes no habrá detalles en los rubros en que se aumentó esa ejecución sino simplemente se hablará de las cifras globales que hoy son tan pobres que un gobierno inepto como el actual pretende maquillar con esta burda maniobra que ha sido, además, promocionada públicamente por las autoridades del país al llamar a que en estos días se usen las partidas que tienen aún asignaciones y en las que no se ha visto actividad.

El Presidente se encuentra en un auténtico laberinto en el que quienes le van conduciendo son personas sin escrúpulos ni principios que aprovechan la candidez del pobre hombre para lograr sus objetivos. Y entre quienes le dictan la agenda financiera y quienes le están imponiendo la agenda política, todos parecen acuachados para aprovecharse del momento a sabiendas de que hundirán al señor Morales, llamado a pasar a la historia como paradigma de la ineptitud.

Artículo anteriorTrump perdió una valiosa silla en el Senado
Artículo siguienteMuseo en Cracovia dedicado a la rosquilla de pan obwarzanek