Lic. Douglas Abadía C.
douglas.abadía@gmail.com

Nos preparamos para despedir el año 2017, caracterizado por más de lo mismo: corrupción gubernamental y privada por todos lados, juicios largos con algunas condenas, altos índices de violencia, extorsiones por las nubes, el agro nacional abandonado (clientelismo político con cupones sin impacto y baja inversión en riesgo), nuestros migrantes desamparados, contaminación ambiental, nepotismo, carencia de pasaportes, niñez vulnerable, sismos y desastres naturales (construcción social del riesgo), evasión fiscal, fútbol nacional suspendido, encarecimiento de la Canasta Básica y vital, infraestructura vial pésima,  hospitales desabastecidos, abundancia de «maestros» oportunistas (aumento salarial), impunidad (delincuentes libres), desempleo (economía informal), crisis económica, especulación y polarización; son algunos atributos que caracterizan al casi extinto 2017.

Guatemala pese al dinamismo de las sociedades ha quedado estática, pareciera que nuestra nefasta realidad es predecible, los chapines no esperamos cambios significativos, nos hemos aletargado y sobre todo acomodado a una realidad adversa.

No denunciamos porque sabemos que el tiro nos saldrá por la culata (en Tribunales todo es posible), no cuestionamos pues queda latente el miedo a opinar y, sobre todo, el arraigo de la censura en muchos chapines, producto del Conflicto Armado Interno.

Finalmente, no nos organizamos para lograr espacios de importancia y desde esos espacios incidir en la búsqueda de otra Guatemala, nos organizamos para tener hueso y sacarle raja al sistema; muchos detractores de gobiernos quisieran ocupar ciertas posiciones en un gobierno, razón de peso para «criticar».

Guatemala se ha quedado congelada en el tiempo, los actores de peso no han logrado unificar una visión de país, por el contrario han logrado crear y fortalecer minifeudos donde se dan relaciones entre señor feudal y vasallos.

Los altos niveles de conflictividad en todas sus aristas constituyen una bomba de tiempo, tal estallido será de alto impacto, veremos alto contenido de violencia y excesos de represión estatal, lamentablemente esto será inevitable.

Como guinda al pastel, las mal logradas reformas a la Ley Electoral y de Partidos Políticos agudizarán las crisis actuales más las que vendrán.

Preparémonos para un 2018 preelectoral, donde la clase política intentará saquear el botín para garantizar inmunidad por cuatro años más, pues a estos señores lo que les interesa es lograr impunidad para ellos y sus allegados y no bienestar para todos.

En las próximas elecciones queda analizar los planes de gobierno, quienes son los potenciales candidatos tanto de elección popular como designados (Gabinete de Gobierno y sus asesores) y sobre todo la viabilidad financiera con que se pretende realizar su plan de gobierno.

Cabe mencionar que si no ponemos atención a lo que pretende realizar la clase política corrupta nos van a seguir metiendo gol, como ciudadanía debemos estar vigilantes a través de la fiscalización y rendición de cuentas.

Guatemala, debes y podes levantarte!!!!!

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