Juan Francisco Reyes López
jfrlguate@yahoo.com

En la reunión con Álvaro Arzú y Gustavo Espina indicamos que el FRG aceptaría presidir comisiones de trabajo en el Congreso, se asignaron una por una.

Al FRG le correspondió presidir entre otras comisiones la de Relaciones Exteriores, fui electo su presidente; ello implicó que mantuviera una relación con la Cancillería y con Álvaro Arzú en lo personal, razón por la cual le acompañé, como parte de la delegación de Guatemala, a la reunión general de OEA, que se celebró en Santiago de Chile.

Álvaro Arzú al tomar la palabra en un almuerzo que ofreciera en el Club de la Unión el Embajador de Guatemala en Chile, Julio Gándara, señaló mi presencia, manifestando que era un diputado que le sería conveniente y positivo como integrante en el partido y bancada del PAN.

Ante este planteamiento, le manifesté que continuaríamos en una buena relación ambas bancadas, sin embargo, que yo había nacido en la vida política en el FRG y que ahí esperaba morirme políticamente, como sucedió muchos años después, nunca consideré migrar a otro partido.

Como presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores, fui parte activa cuando Jorge Serrano decidió, improcedentemente, reconocer a Belice como Estado y nombrar como Embajador a Ricardo Buezo, que años después fue parte de la privatización al aparentar comprar Guatel en el gobierno que presidía Álvaro Arzú.

En el tema de Belice, efectivamente Álvaro Arzú, como Canciller, no aceptó firmar el acuerdo respectivo y, como él lo señala, fue el Viceministro Manolo Villacorta, que era parte del PAN, quien lo firmó, en mi opinión equivocadamente.

Lo que sí logramos fue que Jorge Serrano no viajara al territorio de Belice para celebrar el reconocimiento de ese Estado, Álvaro fue citado en esos días a ser interpelado en el Congreso de la República.

Yo  mantuve una comunicación permanente con él, manifestándole sobre los aspectos y formas que consideraba podría utilizar en dicha interpelación, sin embargo, el día en que la misma debía iniciarse, telefónicamente me comunicó que había presentado su renuncia como Ministro y por consiguiente ya no se presentaría al Congreso de la República.

Como se puede comprobar,  la Bancada del PAN, presidida por Luis Flores, y la Bancada del FRG, presidida por mi persona, mantuvieron una estrecha colaboración. Cuando Jorge Serrano rompió el orden constitucional,  el acuerdo entre el PAN y el FRG  implicó oponernos a la Presidencia de Edmund Mulet, de Pepe Lobo y en general a la “trinca infernal”, todo lo cual es fácilmente comprobable en el diario de sesiones del Congreso y en las publicaciones de prensa de la época.

Debo señalar que el diputado Mario Taracena Díaz-Sol, sin duda alguna, era uno de los mejores diputados en el Congreso, con una valentía y hombría extraordinaria. Ejemplo de ello lo constituye el hecho de que cuando Pepe Lobo, acompañado de dos guardaespaldas, pistola en mano,  nos acorraló junto a Rodolfo Mendoza, a Marco Tulio Sosa y a Arturo Soto en la oficina de la Presidencia; con la cacha de la pistola los golpeó a ellos y nos obligó a salir del despacho.

Cuando íbamos por el Salón de Los Pasos Perdidos, Mario Taracena nos encontró y se enteró de lo sucedido, sin vacilar se dirigió al despacho de la Presidencia que ocupaba Pepe Lobo y golpeó la puerta diciéndole “Salí desgraciado, que yo contigo me puedo balear”.

¡Guatemala es primero!

Continuará.

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