Jorge Santos

Este año se conmemora el centenario de la Revolución Rusa, primera de orden proletario, que derrocó al Régimen Zarista. Esta revolución sucede luego de un largo proceso de movilización de masas y de insurrección organizada en contra de un sistema que oprimía, empobrecía y excluía. Previo a este importante evento Vladimir Ilich Ulianov más conocido como Lenin proclamó: “¡…la crisis está madura! ¡Contemporizar se convierte en un crimen! ¡Hay que realizar inmediatamente la revolución y tomar el poder, de lo contrario todo se habrá perdido!”

Tanto la Revolución Rusa como las palabras de Lenin cobran una fuerza vital ante lo que vivimos en Guatemala hoy. Observar los eventos ocurridos en el país y las condiciones bajo las cuales sobrevivimos nos lleva a reconocer que la crisis está dada y acelerar la caída de este Régimen de Corruptos y Privilegiados es una urgente necesidad. La forma en que el Estado guatemalteco se ha organizado garantiza privilegios para un pequeño grupo de familias en el país y en consecuencia genera pobreza, pobreza extrema, discriminación, ausencia de salud y educación. En los últimos años se ha agravado la situación al amparo del conocimiento de casos de corrupción e impunidad.

Las estadísticas y los hechos concretos demuestran que el modelo de desarrollo económico del Estado guatemalteco es un rotundo fracaso. Salir de la permanente crisis que impera exige que transformemos por completo la organización actual del Estado, sus instituciones, el modelo de producción y reproducción de la riqueza. Durante la última década hemos visto a quienes orquestaron este Estado burlarse de la ciudadanía una y otra vez. En sinfonía junto a militares, políticos tradicionales y el crimen organizado hacen lo que les viene en gana, mientras la población sufre exclusión, expolio, violencia. Frente a quienes se manifiestan en su contra profieren amenazas, les intimidan, criminalizan y/o asesinan.

Sin lugar a duda, la lucha en esta disputa no será sencilla ni fácil. Implica enfrentar el conflicto a quienes corrompen, roban y reprimen, si es que queremos sostener esta oportunidad. Del 2015 a la fecha, hemos visto crecer la participación social en la lucha ciudadana. Mejoran los niveles de articulación mientras se amplían a más organizaciones, Pueblos y movimientos. Siempre contraria a los intereses populares y democráticos, la Elite política, militar, económica y algunas estructuras del Crimen Organizado gestan el retroceso cerrando espacios de participación para dar estabilidad al status quo.

Es evidente que la crisis del Estado y su modelo de desarrollo ha llegado a un punto de maduración. Es imprescindible continuar los esfuerzos por fortalecer vínculos y ampliar las acciones coordinadas entre las organizaciones, los movimientos, los Pueblos y la ciudadanía en general. Nuestro único propósito es hacer caer este Régimen de corrupción e impunidad para forjar la transición a algo mejor.

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