Según hicieron saber ayer personas y entidades vinculadas con el tráfico aéreo en Guatemala, la cacareada “certificación” del aeropuerto La Aurora que viene presentando con bombos y platillos el Gobierno del señor Morales, no es más que una peligrosa payasada del Gobierno, porque lo que se hizo fue hacer una autocertificación que no ha sido ni puede ser corroborada por la Organización de Aviación Civil porque siguen pendientes las acciones que debieron implementarse para mejorar la seguridad de la aeronavegación en el país.

Se quejan de problemas estructurales de las instalaciones del aeropuerto, de ausencia de suficiente equipo para atender emergencias, de insuficiente personal de controladores aéreos, entre otras cosas, y mostraron una advertencia que hace la NASA sobre los peligros que implica volar a y desde Guatemala.

Se entiende que a falta de logros, el Gobierno haga tanta bulla con esta autocertificación que, por lo visto, adquiere proporciones que van más allá de una payasada para incurrir en potencial acto criminal al encubrir deficiencias que ponen en riesgo la vida de muchas personas. Una cosa es ir todos los días a inaugurar obras inexistentes para evadirse de la realidad y recibir escuálidos aplausos y otra muy distinta es presumir con algo no hecho que, además, puede significar tanto riesgo para los que utilizan naves aéreas para desplazarse.

Hay que recordar que esa Terminal Aérea fue un burdo negocio que se hizo en tiempos de Berger porque la corrupción hizo que se malgastaran millones en una obra que siempre ha dado problemas por la mala calidad de los trabajos, lo cual es notorio y lo puede percibir cualquier persona que utilice los servicios del aeropuerto. En ese sentido se puede entender la razón de los males, pero lo que no cabe en ninguna cabeza es que se quiera presumir con acciones que son indispensables y que no se han hecho, pero en la Dirección de Aeronáutica desde el Director hasta el vocero, todos están dispuestos a engañar a la opinión pública con tal de darle un motivo de satisfacción al Presidente que, a lo mejor, cree que verdaderamente nuestro aeropuerto fue certificado porque, al fin y al cabo, él no tiene ni idea de lo que se trata el asunto.

Afortunadamente hay personas responsables que no callan ante la realidad y que advierten de la payasada que están haciendo las autoridades que, por lo que se ve, creen que la vida real es como una comedia mediocre de la Tropa Loca y se gozan esos montajes como si fueran prestigiosos montajes escénicos.

 

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