La actitud de varios altos funcionarios que se recetan y recetan a todos los empleados de sus dependencias bonos navideños o de fin de año constituye un acto de irresponsabilidad y debiera entenderse como una auténtica malversación de fondos públicos, puesto que ese dinero ha sido asignado en los presupuestos para beneficio de la población y en un sucio contubernio politiquero entre quienes toman decisiones y los grupos de sindicatos del Estado, encontraron una forma de “usar” los remanentes producto de la incapacidad para ejecutar correctamente los proyectos contemplados en las asignaciones presupuestarias.

El delicado problema del servicio civil en Guatemala demandará acciones muy firmes, casi draconianas, si en realidad queremos restablecer el orden administrativo porque se ha llegado a situaciones realmente insostenibles. No puede ser que sin consultarle siquiera a Finanzas y sin estudios de sostenibilidad financiera, cualquier ministro firme un pacto colectivo que compromete los recursos del Estado más allá de la capacidad que se tiene de recaudar fondos. Y todo ello sin que exista una estrategia para lograr que las mejoras salariales que ciertamente pueden considerarse como dignificantes para el trabajador, se traduzcan en mayor calidad del servicio que prestan.

Tenemos el caso del magisterio, sector manipulado políticamente por los dirigentes sindicales que se empoderaron porque consiguieron aumentos inimaginables por lo irracional e insostenible de lo pactado. El Presidente se llenó la boca diciendo que se llegó a la meta de días de clases impartidas y es absolutamente falso porque mediciones independientes dan cuenta de una diferencia de más de veinte días entre lo que reporta ahora el gobierno y lo que efectivamente se logró. Pero a ello hay que agregar que no existe ninguna evidencia de que a partir del aumento salarial los alumnos hayan mejorado en su aprendizaje gracias a mejoras en la calidad del magisterio. Por el contrario, seguimos siendo un país con enormes deficiencias en materia de matemáticas y comprensión de lectura, lo que convierte en analfabetas funcionales a muchos de los que logran llegar al pobre promedio de años de asistencia a las escuelas.

El tema se ha convertido en uno de los más serios para el futuro, porque se renegocian los pactos colectivos y van tras nuevas y mayores prestaciones, no obstante que está demostrada la insostenibilidad de las existentes y cualquier postura orientada a ordenar el servicio civil es repudiada bajo el criterio de que esos pactos espurios por su origen politiquero generan derechos inamovibles, pasando por alto la ilegalidad cometida por los ministros que los suscribieron. Y la PGN, como no es TCQ, muy bien gracias.

 

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