Emilio Matta Saravia
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¿La construcción de carreteras es la principal prioridad que tenemos en Guatemala en este momento? De acuerdo con los empresarios que se reunieron en Guatemala la semana pasada para el ENADE, parece ser que sí, debido principalmente a la disminución en la velocidad promedio en los últimos años. Para darle sensibilidad social al tema, indican que se dificulta la movilización de niños a las escuelas o de enfermos a hospitales en el interior del país porque deben recorrer grandes distancias en carreteras que se encuentran en condiciones deplorables. Eso es cierto.

Sin embargo, no se consideran dos puntos muy importantes. El primero es el hecho en sí de que niños y enfermos deban recorrer grandes distancias para llegar a una escuela o a un hospital, lo cual indica que la cobertura de ambos servicios en nuestro país es sumamente deficiente y por eso existe la necesidad de recorrer tantos kilómetros para acceder a dichos servicios, cuando deberían estar disponibles mucho más cerca de las personas, principalmente en el área rural. El segundo punto es el tema de la corrupción a nivel público y privado ya que mientras no existan mecanismos que garanticen la total transparencia en la ejecución del gasto público, las obras serán de pésima calidad y a un sobreprecio tal que la inversión propuesta probablemente tendrá que duplicarse para alcanzar la mitad de los kilómetros que pretenden que se construyan, y la misma será de pésima calidad. Si no me cree, estimado lector, vea usted lo que sucede con el Caso de Odebrecht en el que nuestro Ministro de Comunicaciones considera positivo que la empresa que no hizo su trabajo y que encima recibió el 75% de pago por hacer el 30% de la obra (por no hacerla, mejor dicho), no vaya a demandar al Gobierno por no cumplir el contrato.

En reiteradas ocasiones he escrito sobre los modelos que han seguido países de distintos continentes que eran igual o más pobres que Guatemala y en menos de medio siglo han pasado a ser países del primer mundo o están en vías de serlo. Las recetas que estos países han aplicado son muy similares: cero tolerancia a la corrupción e inversión en capital humano. Por inversión en capital humano me refiero a invertir en nutrición, salud y educación. Un niño malnutrido no puede ser sano. Un niño enfermo no puede asistir a una escuela. Un sistema de educación deficitario y deficiente no preparará adecuadamente a un alumno. La idea es que Guatemala pueda contar con una oferta de mano de obra calificada para desempañarse en puestos que requieren preparación y que son demandados por empresas internacionales importantes, serias, y que son el tipo de inversión extranjera que de verdad necesita el país.

En este momento en el mundo empresarial, existe una ola de offshoring, que significa que las empresas, para reducir costos, trasladan ciertos trabajos monótonos y rutinarios a países como los nuestros. Un ejemplo de ello son los Call Centers, aunque también los hay para contabilidad, compras, etc. Para poder optar a ofrecer estos servicios, se requiere hablar inglés u otro idioma y tener conocimientos técnicos en la rama del servicio que se presta. Esto se logra con inversión en capital humano, no con carreteras. Por eso pregunto, ¿son las carreteras nuestra principal prioridad como nación?

 

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