Gladys Monterroso
licgla@yahoo.es

“El político se convierte en estadista cuando comienza a pensar en las próximas generaciones y no en las próximas elecciones.”
Winston Churchill

El término repolitización estriba en acceder al poder por otros medios que no es la política tradicional, o no como es concebida actualmente la misma, derivado de lo asqueante que puede resultar identificar a la política con la corrupción, o viceversa, ya que se tiene una concepción general de que todo político es corrupto, por lo tanto la política es sinónimo de corrupción.

En nuestro país, vivimos un buen ejemplo de lo anterior en las pasadas elecciones, ya que la mayoría de la población se decantó por el político inexperto, la mal llamada nueva política, creando en el imaginario colectivo, que la inexperiencia sería un sinónimo de honradez, sin embargo, no fue muy diferente a las demás. A diferencia de otros países más desarrollados, en los que los resultados son abismalmente diferentes.

Un ejemplo de la repolitización, lo encontramos en Francia con la elección de Macron, un político joven y atípico, que logró imponerse a movimientos políticos tradicionales, como la ultra derecha, los socialistas y la izquierda francesa, la población votó por una vía no tradicional, y hasta el momento no les va mal.

Lo mismo pretendían quienes votaron por el actual Presidente, sin embargo las estructuras corruptas en el país, no son propias de un partido político, ni de una parte de la sociedad exclusivamente, se encuentra en el ADN de muchos connacionales, por lo que buscando, ya no lo mejor, sino que lo menos peor, caemos siempre en la corruptela tradicional, pero ¿A qué se deberá? Probablemente a que no toda la población se interesa en participar en política.

En España, a raíz del 15M, sale a la luz con fuerza el partido político Podemos, aunque su génesis fue el movimiento Indignados, Podemos fue visto y se presentó como la nueva política, logrando hacer tambalear al PSOE, con el que actualmente se disputa liderar la izquierda española, pero que, debido a su veleidad en cuanto a su posicionamiento político en casos de trascendencia, en las encuentras ha bajado constantemente como opción de gobierno.

Debido al problema catalán en España, que data de muchos años, pero que en los últimos ha ido creciendo, aunque no como quisieran los representantes del movimiento separatista, ha surgido como necesidad la repolitización.

La misma constituye en educar a los niños no solamente en las materia tradicionales, añadiendo la política dentro de las mismas, ya que actualmente, debido precisamente a que toda la sociedad española se encuentra en contra o a favor de la desconexión de Catalunya, los niños se han involucrado en las posiciones de los mayores, los niños españoles no son ajenos a los movimientos políticos que vive la sociedad, por lo que se plantea la repolitización, por parte de expertos en pedagogía y política, para crear una cultura política en ese país desde la niñez.

En Guatemala, hemos tenido movimientos sociales que bien hubieran podido ser la génesis de la repolitización de la sociedad guatemalteca, ya que los jóvenes se han involucrado en los mismos, como hacía años no sucedía, y en temas que incumben no solamente a la sociedad en general, sino que más aún a ellos mismos, ya que su futuro se encuentra nebuloso, por los actos de corrupción repetitivos durante los diferentes gobiernos, sin excepción alguna.

Desafortunadamente en Guatemala no existe cultura política, por lo que se hace necesario una verdadera repolitización, en ese sentido nuestro mejor exponente sería  Zizek, quien estableció que “Reivindicar la intolerancia contra la corrupción exige de una radical repolitización de la política para combatir el poder colonizador de su monetarización.”

Monetarización que no es otra cosa, que lo que sucede en el país: Para acceder a la política se necesita dinero, propio o de padrinos y madrinas, la política produce dinero, que es devuelto a quienes lo han proporcionado, con desmedidos intereses, por lo tanto el juego política y dinero van de la mano, pero no para construir un futuro social, en nuestra sociedad es para construir un futuro personal.

Derivado de lo anterior, el fracaso de nuestro sistema político el que debe ser repolitizado, en todos los estratos sociales y generacionales, de ahí la urgencia de la modificación a fondo de la LEPP.

 

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