Lic. Douglas Abadía C.
douglas.abadia@gmail.com

Desde el inicio de la era democrática en nuestro país, el denominador común ha sido el exceso de la clase política en el tema de la corrupción gubernamental.

Hemos observado desde la administración de la finada Democracia Cristiana (DC) hasta la actual administración los excesos de poder y sobre todo el tema puntual de las plazas fantasma como un ejemplo específico dentro de todo el espectro de la corrupción gubernamental.

El famoso contrato 029 en la administración pública es letal para el desarrollo de nuestro país, pues dicho renglón presupuestario es tan “bondadoso” que permite únicamente elaborar un informe como requisito para generar el pago mensual junto a su factura; por lo regular bajo este renglón se pagan las facturas políticas del costo de tener acceso al poder público.

La semana pasada planteaba en este importante espacio las “sorpresitas” al analizar al personal que compone a los diferentes ministerios de Estado; hay de todo en las filas de los ministerios; desde tecnócratas hasta oportunistas.

Cabe mencionar que actualmente se encuentran en proceso legal varios exdiputados al Congreso de la República sindicados de contar con plazas fantasma en algunas instituciones del Estado guatemalteco, algunos de los sindicados todavía le sacaron raja al Estado chapín a través de “asesorías 029” en mañas o estrategias para corromper pues qué se puede esperar de estas personas con un proceder cuestionable.

No hace falta ser un erudito de las ciencias económicas para racionalizar el excesivo gasto millonario inútil con el que se golpea al Estado guatemalteco, y por ende a su población al erogar decenas de millones en mantener una estructura burocrática que no trae ningún beneficio a nuestro país, pues el beneficio es únicamente para quienes orquestan dicha vil práctica al estilo caco.

Hay ministerios de Estado en la actualidad que no tienen espacios físicos para albergar al excesivo personal contratado, cabe mencionar el papel de quien autoriza estos contratos, pues lo único que se hace en la práctica es generar “nuevos términos de referencia” para no duplicar esfuerzos, por favor!!

Por lo regular se contrata de forma arbitraria, es decir, sin convocatorias externas y si en caso lo hicieren pues están previamente adjudicados los puestos de trabajo a cubrir.

Al analizar las redes clientelares del país, podemos evidenciar a priori que en los ministerios y dependencias de Estado “laboran” o lucran sin mayor esfuerzo: hijos e hijas de diputados, hermanos, primos, cashpianas, cashpianes, amigos, entenados, hijastros, vecinas, etc., cabe hacer hincapié que por lo regular dichas instituciones se encuentran nutridas por bellas damas, pero con una mediocre hoja de vida que no encaja en los perfiles mínimos para optar no digamos para ser “seleccionado” en la plaza a cubrir o en la plaza creada.

Los que han tenido el control del Estado guatemalteco han caído en la dulce tentación de abusar en las contrataciones y sobre todo en contratar a personas oportunistas, vende patrias que en nada les interesa nuestro país; lo más triste es que seguro han de ser fieles cristianos, han de ser en gran medida quienes apoyan al gobierno de turno pues ven amenazada su posición privilegiada de obtener ingresos aceptables o elevados sin mover un solo dedo, quizás moverán otras partes de sus cuerpos para tener acceso al poder, dudo que sea la materia gris del cerebro si es que la tienen.

El argumento central es la famosa “gobernabilidad” pues el chantaje para obtener plazas en el Estado es que la “oposición política o los potenciales aliados políticos” no molestarán ni fiscalizarán el proceder de un ministro o alto funcionario de Estado, al contrario, lo fortalecerán y defenderán a capa y espada.

En la actualidad, supongo que esta práctica de plazas fantasma está vigente desde 1985, quienes lo hacen piensan que no los observan, creen que todo es para siempre y sobre todo se han se sentir súper humanos al creer que nos han visto la cara una vez más; les recuerdo que hay ojos que nos vigilan y en su momento pues darán la estocada a todos estos corruptos oportunistas que lo único que desean es lucrar a costillas de nuestro pueblo oprimido.

Urge una nueva ley de servicio civil!!!

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