Raúl Molina

En buen teatro, los personajes hacen mutis por la izquierda; en una comedia intrascendente, se hace mutis por la derecha. No importa si lo hace por la derecha o por la izquierda, lo importante es que Jimmy Morales abandone el escenario. Espero que sea una lección la entrevista hoy del presidente con el Sr. António Guterres, Secretario General de la ONU, a quien la Red por la Paz y el Desarrollo de Guatemala le ha pedido que reafirme su apoyo al Dr. Iván Velásquez y pida seguridad para todos los miembros de la CICIG y el MP. La Red se hace eco de los múltiples mensajes y pronunciamientos, incluyendo manifestaciones en la Plaza de la Constitución, de rechazo a la maniobra del FCN-Nación y de pleno apoyo al Comisionado de la CICIG. Mientras Jimmy se encuentra fuera del país en su cruzada pro-impunidad, el MP y la CICIG siguen destapando la generalizada corrupción que atrapa al sistema político del país y las y los diputados, fieles representantes de ese sistema, aprovechan para lanzarse contra la campaña anticorrupción que se cierne sobre ellos. Varias instituciones, entre las cuales se encuentran las que ya empiezan a ser depuradas, han dado su respaldo inmediato al Dr. Velásquez; pero no se escuchan voces de los Ministerios y la vicepresidencia, con excepto del vocero de la presidencia, quien debería renunciar ya, luego de tildar de “chantaje” el gesto consecuente y solidario de la Fiscal General. Sin duda, estamos en el momento en que con nuestras marchas y otras acciones debemos continuar la lucha por la dignidad iniciada en 2015, para barrer, inicialmente, al Poder Ejecutivo; pero sin detenernos.

Desde su primer día, Jimmy Morales ha actuado, con sus “ocurrencias”, como un distractor, mientras sus socios maniobran para obtener impunidad y militarización. El Congreso intenta llevarnos a un nuevo Estado de Seguridad Nacional. Por un lado, no han aprobado las reformas constitucionales al sector justicia, y por otro, ahora hablan de “comenzar de cero” con relación a la Constitución, algo que debe quedar en manos de una Asamblea Nacional Constituyente Incluyente y no en las de representantes corruptos y mafiosos que llenan el cuerpo legislativo actual. El MP y la CICIG han demostrado el financiamiento ilícito de la mayoría de los partidos políticos, lo que ilegitima a sus diputados y diputadas. El Congreso propone reactivar la pena de muerte para “defender la vida”. Es ir contra la historia; la capacidad de matar del Estado es lo que nos ha hecho uno de los países más violentos del mundo y justamente a las fuerzas armadas, quienes ejercieron de 1954 a 1996 esa capacidad, al grado de genocidio, se les quiere dar la potestad de “capturar” a la gente, cuando su entrenamiento ha sido y es para matar. Se pretende extender la militarización del país que el FCN-Nación ha venido logrando, por mandato de Estados Unidos, a la vida ciudadana “normal”, sin tener que declarar estados de prevención o de sitio. Se le quitan recursos económicos al Ministerio de Gobernación para dárselos al de Defensa; se propicia un nuevo baño de sangre. Por ello, la expulsión inmediata del Ejecutivo y el Congreso es una necesidad.

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