Edgar Villanueva

Después del sismo político desatado por el mensaje publicado por la Fiscal General, Thelma Aldana, el martes por la noche, en el cual indicaba que dejaría su puesto si se concretaba un plan para remover al Comisionado de la CICIG, Iván Velásquez, nadie pensaba que ayer se anunciarían los antejuicios en contra de Orlando Blanco de la UNE y de Roberto Villate de LIDER por su participación en el financiamiento electoral ilícito. Con estos dos antejuicios se inician investigaciones que deberían de llegar hasta los candidatos presidenciales de los partidos señalados y cuyos resultados les empiezan a responder a los que se preguntaban ¿y la UNE y Sandra Torres para cuándo? ¿Y Baldizón y LIDER para cuándo?

Considero que la importancia de la solicitud de antejuicio contra los que en su momento fueran Secretarios Generales de la UNE y de LIDER no reside en que genera un “balance” entre la derecha y la izquierda, sino más en evidencia, lo que ayer el Comisionado Velásquez llamó “el pecado original de la democracia guatemalteca”, refiriéndose al financiamiento electoral ilícito.

¿Por qué es tan importante poner al descubierto los vicios del financiamiento electoral ilícito? Solo porque lo dijo el Comisionado de la CICIG y la Fiscal dirán algunos y otros dirán que para poner al descubierto a quienes con dinero, compran favores políticos y administrativos. En mi opinión, la importancia reside en que destruir el sistema de financiamiento electoral vigente, nos devuelve a los buenos ciudadanos un poquito del poder para elegir y ser electos que nuestra Constitución nos garantiza.

Me refiero a que, el financiamiento ilícito nos quita a los ciudadanos parte de nuestro poder ciudadano porque diluye la representatividad de aquellos que son electos por el pueblo (los diputados) para velar por sus intereses en las grandes decisiones nacionales. Pongámoslo en “Trocitos 1” (aunque sea con un ejemplo muy general): yo, conservador, elijo a un diputado conservador para que cuando se procure legislar el aborto, él represente mi deseo de penalizarlo. O por el otro lado, yo liberal, voto por un diputado liberal, para cuando se procure legislar el aborto, él represente mi deseo de aprobarlo. Esto no sucede de manera eficiente en nuestro país porque ese diputado le dedica la mayor parte de su tiempo a los intereses de quienes le pagaron la campaña, a los intereses de su partido para perpetuarse en el poder o a sus intereses personales.

Por eso hay que reconocer el trabajo de los que investigaron los casos que se destaparon ayer, a quienes encabezan las entidades investigativas como a los “carpinteros” de los casos, a quienes no vemos en las conferencias de prensa. Espero que lleguen hasta el fondo de los partidos políticos y colaboren con la población a borrar de la esfera política a aquellos líderes que incurrieron en ilícitos. Así podremos ir limpiando la mesa para enfocarnos en la pregunta que nunca debería de salir de nuestras cabezas y la que debería de ser nuestro norte, y Guatemala ¿para cuándo?

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