Edith González

Disciplina, honor y abnegación, lema de los Bomberos Voluntarios

“Llamen a los bomberos…llamen a los bomberos, que se quema el manicomio”, fueron los primeros gritos que se escucharon cuando el hospital neurosiquiátrico ardía aquel 13 de julio de 1960 en lo que ahora es la Avenida Elena y 8ª calle, zona 1.

Y sirena abierta llegaron las primeras unidades de los Bomberos Voluntarios, que en este 2017 llegan a sus sesenta y seis años de fundación y desde aquel 16 de agosto de 1951 han forjado una historia de solidaridad humana y de servicio permanente.

Hora a hora, día a día, cada semana, cada mes, cada año, el Benemérito Cuerpo Voluntario de Bomberos de Guatemala denominado comúnmente Bomberos Voluntarios ha sido el paño de lágrimas de los guatemaltecos.

Tan es así, que el Congreso de la República les dio el título de Beneméritos por su respaldo a la sociedad guatemalteca, sin importar el tiempo, las condiciones o el lugar, para dar la ayuda que en el minuto dramático sienten que se va la vida o que se pierde la casa con tanto esfuerzo construida. ¡Ahí, están los Bomberos Voluntarios!

Según el artículo 2 del decreto número 81-87 del Congreso de la República de Guatemala, Ley Orgánica del Cuerpo de Bomberos Voluntarios, sus fines principales son: Prevenir y combatir incendios. Auxiliar a las personas y sus bienes con casos de incendios, accidentes, desastres, calamidades públicas y otros similares. Promover campañas de educación y prevención, periódicamente, tendientes a evitar siniestros. Revisar y emitir certificados de seguridad en materias de su competencia, a nivel nacional. Prestar la colaboración que se les solicite por parte del Estado y personas necesitadas, en asuntos que sean materia de su competencia y no contravengan su naturaleza.

En la letra muerta, esos son los fines que marca la ley a los Bomberos Voluntarios, pero sus hombres y mujeres que calan el casco negro, van mucho más lejos. Es increíble el grado de esfuerzo que ponen en cada uno de sus servicios en beneficios de aquel que en ese momento, sufre por cualquier circunstancia.

¿Se quedaría usted 24 horas con el agua hasta la cintura, atendiendo una inundación? ¿Estaría usted dispuesto a dejar a la familia por horas, días o quizás semanas para entregar su esfuerzo para personas que no conoce y que nunca más verá? Está dispuesto a sofocar un incendio, a solo dos metros de dónde las llamas se acercan peligrosamente, ¿Qué opina?

Y aun así hay quienes se regocijan haciendo llamadas falsas a los cuerpos de bomberos, poniendo en peligro a estos héroes de carne y hueso, que no los ve en la tele, pero que están ahí, cerca de usted.

Igualmente este 10 de agosto los Bomberos Municipales celebraron su 62 aniversario e igual número de servicio a los guatemaltecos. Y el 20 de octubre los Bomberos Municipales Departamentales cumplirán once años de haber nacido a la vida jurídica y de trabajar solidariamente en beneficio de las comunidades del interior del país ¡Aplausos para los bomberos guatemaltecos! se los merecen.

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