Rolando Alfaro Arellano

En Guatemala, todos los seres humanos son libres en dignidad y Derechos: Artículo 4, primer párrafo de la Constitución Política de la República de Guatemala.

Con sorpresa y admiración profundas, muchos guatemaltecos nos enteramos que empiezan a reaccionar diversos sectores en el reclamo de sus derechos ciudadanos.

Sin embargo, pese a los diversos petitorios, insólitamente, también nos extrañamos de que dentro del cúmulo de solicitudes quienes manifiestan públicamente, por carreteras, calles y avenidas del país, han venido dando giros de carácter radicales y esto desorienta a los ciudadanos que ante el reclamo muy humano de exigir, o que se les ponga atención en sus inquietudes minimizan éstas para poder obtener el éxito deseado en sus peticiones ante las entidades gubernamentales, luego deberíamos comprender que cualquier actitud radical demerita y debilita el derecho de dirigirse a tales entes.

Por otra parte, quienes hemos desarrollado estudios superiores, nos consideramos plenamente conscientes del civismo al querer sinceramente a la tierra que nos vio nacer y que, en una u otra forma, colaboramos con transmitir ideas a todo nivel, sea escribiendo textos académicos, impartiendo cátedras en las diversas universidades, o acudiendo a esta Tribuna de LA HORA, como mis estimados lectores nos habrán leído y, sin duda, comprenderán la colaboración que realizamos para orientar a la opinión pública como algo que estimamos, si es que anhelan captar las ideas que solo persiguen el bien común.

Luego debemos llamar la atención a las personas que nos leen, a efecto de buscar a los ciudadanos éticamente educados en todo lo relativo al bienestar general, sea intelectual, moral, sanitario y de mejoramiento ambiental.

La República de Guatemala no ha resuelto sus grandes retos y para poder enfrentarlos requiere de la experiencia y conocimientos académicos, manejo administrativo, económicos, jurídicos y políticos que sólo se pueden obtener con personalidades conscientes de las necesidades de los habitantes de la eterna primavera.

Pero si se acude ahora, precipitadamente a las urnas electorales para elegir a personas que sólo piensan en sí mismas y, quizás, en sus conmilitones, de nada servirán tantas peticiones, entorpecimientos del libre comercio, labores hospitalarias y otras actividades cual se tratarán de berrinches y de pensamientos envidiosos.

Sin embargo, lo que sí sugerimos a las autoridades competentes y ciudadanía, es que para las próximas elecciones generales se exijan: hojas de vida de cada persona interesada en obtener cargos públicos, y que sean profundamente investigados, para que no se repita el triste papel de decepcionar a la ciudadanía.

Finalmente, resulta más que vergonzoso el insistir en querer reformar nuestra Carta Magna, cuando las leyes generales se encuentran en un atraso ridículo, provocándose dificultades a las personas y profesionales del Derecho que desean consultarlas. Además, se continúa con tramitar procesos en forma escrita y ventilarlos así ante los Tribunales de la República, y que en los últimos meses se han denunciado públicamente esas irregularidades, pudiéndose estimar que algunos litigantes y funcionarios judiciales no están preparados para juicios orales. Sería interesante que se conocieran, públicamente, los programas de estudios de las diferentes Facultades de Ciencias Jurídicas y Sociales, a efecto de comprobar sus adelantos o atrasos en la formación jurídica de sus respectivos alumnos y egresados.

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