Lucrecia de Palomo

“PAZ, PAZ, PAZ, necesitan reconciliarse”. “…hoy os invito a la paz. He venido aquí como Reina de la Paz y deseo enriqueceros con mi paz materna”. Expresiones de la Virgen María desde hace más de cien años. Habló sobre la Segunda Guerra Mundial si no se daban situaciones de paz entre las naciones y sobre la situación de violencia actual, pero al parecer nosotros, sus hijos, no queremos escuchar, nos parece que Ella solo habla para los santulones y creyentes y no para toda la humanidad. Es complejo hablar de este asunto que algunos no creen, otros dudan y la mayoría prefiere no pensar en ello.

Las apariciones de la Virgen a sus hijos han sido documentadas en todos los tiempos; el siglo pasado y éste, Ella se ha hecho presente en todos los continentes con el mismo mensaje. El caso más extraordinario es Medugorje, donde desde junio de 1981 las apariciones son diarias –a tres de los seis videntes– y en donde ha indicado que “Lo que inicié en Fátima terminará en Medugorje”. Como en la mayoría de lugares donde Ella se presenta en la Tierra, la Madre de Jesús elige a niños y jóvenes para que sean sus mensajeros; lo cual no fue excepción en esta aldea de Bosnia Herzegovina. Aunque hoy los videntes ya no son niños, pues son 36 años desde su primera visita (ellos mismos dicen que, al inicio la Madre era mayor que nosotros, pero ahora ya no es así). A diferencia de los lugares anteriores donde se hizo presente la Inmaculada por lapsos muy cortos, aquí sigue apareciendo y su mensaje de paz, conversión y oración es la constante.

¿Qué del mensaje es lo que no entendemos? ¿Por qué nos asombramos de la situación mundial si Ella nos da la receta para resolverla? Ella es clara. Desde Fátima dijo que si la humanidad no regresaba a Dios, los desastres iban a ser tremendos para el hombre. Fue precisa y lo sigue siendo cuando nos dice: “Queridos hijos, reconozcan los signos de los tiempos que Dios les da a través de las personas y la naturaleza. Queridos hijos, todo está frente a ustedes, pero sus corazones y ojos permanecen cerrados.”

Ella invita “…a vivir la paz en vuestros corazones y en vuestras familias. Donde no se ora, hijos míos, no hay paz, y no hay amor donde no existe la fe.” Dice “Vosotros os preocupáis demasiado de las cosas materiales y, por eso corréis el peligro de perder todo lo que Dios quiere daros.” Y afirma “He venido aquí para deciros que Dios existe. La humanidad se apartó de Dios, se adormeció. La humanidad tiene que regresar a Dios, se tiene que convertir.”

Ivanka, una de las videntes, dice que la Señora “Llamó a orar por las familias, puesto que Satanás las quiere destruir”, luego en otro mensaje lo reitera, “una familia no puede decir que está en paz si no ora.” E insiste: “Os invito a la oración ahora que Satanás es fuerte y quiere adueñarse de tantas almas como sea posible.”

Releyendo el evangelio, podemos ver que la Virgen solo pide lo que Jesús vino a hacer y a decirnos hace más de 2000 años: anunció el Reino de Dios y pidió la conversión, hizo oír a los sordos, curó ciegos y leprosos y quedó presente en la Eucaristía. Si tengo paz en mi corazón la puedo transmitir a mi familia y así las sociedades pueden vivir en paz.

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