Pedro Pablo Marroquín Pérez
pmarroquin@lahora.com.gt
@ppmp82

Quienes controlan a Jimmy Morales lo metieron a un callejón sin salida. Bueno, en otras columnas he dicho que si hasta Otto Pérez tuvo salida luego de la renuncia de Baldetti, quizá Morales aún tenga opción, pero cuesta mucho ver por dónde, con qué y especialmente con quiénes porque lo que le pasa ahora al mandatario es algo que le pasó desde la campaña: la cooptación. Sus diputados y allegados más importantes no están ahí “por su linda cara”.

Morales no esconde su enfado con quienes algún día consideró “sus compañeros de lucha” contra la corrupción y si no me cree, recuerde esa imagen del 2 de junio del año pasado cuando Thelma Aldana e Iván Velásquez presentaron el Caso de Cooptación del Estado. Ahí estaba Morales, pero desde ese día se supo que “decía una cosa y terminaba haciendo otra” porque tras anunciar la extinción de dominio le fueron a servir el negocio a la gente de TCQ/APM.

Las investigaciones en contra de su hijo y hermano lo han sacado de quicio, y en la entrevista con Jorge Ramos perdió los papeles al decir que la corrupción “era normal” y han sido esas mismas investigaciones las que han hecho que la relación de Morales con Velásquez y Aldana caigan casi al mismo nivel de la relación que Morales tiene con el saliente Procurador de los Derechos Humanos.

Y en esa coyuntura, alguien aprovechó la desazón del Presidente para decirle que se podían hacer cargo de un trabajo de 80 mil dólares al mes, lo que es igual a 960 mil dólares anuales, si él ponía su nombre a través de Marvin Mérida, pero la “brillantez” del ex embajador migrante puso todo en evidencia muy rápido, obligándolos a recular sin que por ello se les quitaran las ganas.

Y es así como cuatro diputados también están siendo los testaferros de quien le ofreció a Morales su apoyo y por eso vuelven a contratar a la misma firma de lobistas, por el mismo monto y con los mismos servicios que requirió Morales a través de Mérida. Tiraron el globo de que todo era un tema contra Todd Robinson, pero la verdad es que nadie es tan “miope” de gastarse esa cantidad de dinero por un embajador que ya va de salida y más cuando su partida no es secreto para nadie que se mueve en las esferas de poder.

Ayer recibimos información confiable que nos indica que el tiro es la eliminación de la CICIG y hace toda la lógica del mundo si lo que los opositores a los cambios desean es detener la judicialización de la corrupción, de los negocios mal hechos o de los actos al margen de la ley.

Y eso pone al país en un callejón sin salida porque nos evidencia que hay mucha gente, y encima tan poderosa para conseguir testaferros del más alto nivel (Presidente y diputados) y así lograr que las cosas regresen a ese tiempo en el que todo se resolvía con una llamada. La presión en contra de Velásquez y Aldana ha ido subiendo de tono; le apuestan a que Velásquez se dé por vencido y a que el sustituto de Aldana sea un guardián del sistema como los que dan la cara para que otros paguen a lobistas.

Yo siempre he dicho que voto porque se amplíen las investigaciones para que otros gobiernos, otros partidos y otras municipalidades, más allá del PP, de Medrano y Vivar respectivamente, deban enfrentar los embates de una justicia ciega, pero no por eso creo adecuado aniquilar los esfuerzos de la lucha contra la corrupción porque nunca podremos construir una Guatemala diferente sobre esa “normalidad” viciada.

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