Roberto Arias

Desde hace algunos años, en esta columna he referido a los lectores del Diario La Hora sobre algunas acciones realizadas por esta excelente profesional italiana, quien llegó a Guatemala por parte de su gobierno en calidad de profesora de italiano en Calusac y colaboradora del Instituto Italiano de Cultura. Sin embargo, he sido testigo de la gran labor personal independiente que ella ha realizado, con recursos propios, sobre el área docente en favor de la juventud y de la niñez guatemalteca, favoreciendo a los de escasos recursos principalmente. Esa persistente y buena actitud de Lucia hacia Guatemala ha logrado mi admiración y agradecimiento.

Lucia no pierde el tiempo; su dinámica va a la par de su intelectualidad: Ha escrito varios libros en francés e italiano que han sido editados en Europa. Últimamente estuvo cerca de cinco años en El Cairo, Egipto, realizando tareas similares e impartiendo clases en la Universidad de El Cairo, para lo cual tuvo, obviamente, que aprender a manejar el idioma árabe.

Por medio de internet, y ahora WhatsApp, hemos sostenido una cordial relación a través de estos años, en los que hemos afianzado una amistad genuina que gira particularmente entre temas culturales, idiomas y andanzas por diferentes ámbitos. Lucia tiene una especie de obsesión por la juventud y la niñez guatemalteca y su desarrollo motriz e intelectual, los que están dentro de los elementos principales para el desarrollo individual y social de un país.

Como he referido con anterioridad, Lucia gestionó bolsas de viaje y/o becas cortas ante el gobierno de Italia para alumnas y alumnos suyos, que fueron allá a pulir el idioma italiano y a especializarse en docencia infantil. Con algunos de estos alumnos fundó la Scuola Italiana Luigi Pirandello en Guatemala.

Como me cuenta Lucia, los objetivos eran múltiples: Crear una empresa de jóvenes guatemaltecos, promover una enseñanza de muy alta calidad, enfocada en el desarrollo temprano de los procesos mentales; otorgar becas para que las dificultades económicas, a veces repentinas y temporales, no anulen el derecho a esa calidad educativa. Era también una oportunidad para desarrollar el uso del italiano, pues éste es el idioma en el que los socios fundadores empezaron a ver la vida bajo otros aspectos, uniendo dos culturas y dos idiosincrasias que expanden esa nueva visión de vida.

Es de sumo interés para mí que Lucia, escritora profesional que ahora maneja una editorial en Italia, explique su visión a los lectores del Diario La Hora, por lo que le cederé mi espacio el próximo sábado, con la finalidad de que los guatemaltecos se enteren de cosas positivas que ocurren tras bambalinas y que generalmente no se conocen debido, desde mi punto de vista, a lo obscura que se ha puesto la situación con la corrupción e impunidad en Guatemala y, la violencia que estos dos elementos han producido, tristemente en nuestro país.

Guatemala se desarrollará, pero haciendo nosotros lo que debemos hacer y apreciando lo que hacen por nosotros… por amor a Guatemala.

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