Raymond J. Wennier

En paz descansen las niñas y que hagamos algo en la recuperación de las otras.

¿Qué pasó con el principio del liderazgo administrativo de tener una administración anticipatoria, ya sea en lo privado o en lo público?

Lo anterior significa pensar, anticipar, ir un paso delante de las situaciones, problemáticas o no, que se puedan dar en la administración de una institución. En el caso del Hogar que nos ocupa, este principio fue inexistente y el colapso fue anunciado.

Suele suceder que la única forma de prestar atención a esta institución y a otras más, es esperar a que explote en una tragedia.

Lo sucedido la semana pasada no es casualidad. Es respuesta a la falta de continuidad de un gobierno a otro, de programas que fueron exitosos. Cuando las señales son múltiples y no normales, es necesario tomar acciones para corregirlas antes que se conviertan en problemas mayores. Aparentemente eso no sucedió.

A estos hogares solo llegan niños y adolescentes por orden judicial, pero ¿cuántas opciones tienen ellos para internar o dar otro tipo de protección a niños y adolescentes cuyos derechos son vulnerados? ¿Por qué llegan a estos lugares? ¿Por qué tantos padres piden que los internen?¿Qué actitud tienen, qué tipo de problema los hace huir de sus casas? ¿Qué tipo de ayuda necesitan, quién se las dará?

Es evidente la ausencia de una familia, esencial en el crecimiento y desarrollo de los niños y jóvenes ¿Dónde están los padres? ¿Por qué sus hijos no están con ellos? ¿Por qué hay hermanos, familia completa, de lugares muy remotos del interior del país? ¿Cuántos padres o familiares visitan a los hijos? ¿Cuántos no dan lugar de dirección para que puedan ser localizados? Hablamos de paternidad irresponsable.

La respuestas a interrogantes hace urgente que se reconozca el problema en toda su dimensión, que se analice, que se dé forma a otras soluciones y que se provean los medios, de todo tipo, para ver el problema de fondo. Es complicado y es para “ayer”. Esto no quiere decir que no se intenten respuestas. Respuestas que deben llevar un enfoque multidisciplinario y modelos diversos que atiendan a esta población en su lugar de origen.

Para poder trabajar con estos niños y jóvenes se requiere de personal capacitado; académica, física y emocionalmente estable, conocedor de la problemática que han vivido, que busca en otros el refugio, el cariño, la protección que sus mismos padres les negaron. ¿Cómo se selecciona y se capacita el personal? ¿Cuál es su experiencia de trabajo con esta población? ¿Cuáles son sus antecedentes? Los exigidos por la ley son fáciles de obtener, me refiero a la sanidad de su psiquis. La convivencia de las autoridades con esta población es básica, ¿cuándo han llegado altas autoridades a convivir con ellos?

El programa educativo en estos hogares también tiene que ser diferente. Que no pretenda el Mineduc, que el mismo sistema y ciclo escolar se lleve en estos centros; es inaudito saber que este Ministerio no pueda autorizar programas especiales para esta población que puede estar días, semanas, meses o años, institucionalizada, según la rapidez con la que se muevan sus audiencias ante el juez que los internó. Digo esto porque personalmente gestioné, en años pasados, ante el Mineduc, que se otorgara categoría experimental a estos centros y en ambas oportunidades me fue denegada porque el reglamento no lo permite.

Si no educamos a la familia, si no la rescatamos para que procreen hijos por amor, no nos quejemos. Seguiremos teniendo este tipo de instituciones.

Este problema no es solo del gobierno y no solo a él le compete la solución. Es problema de todos, de una sociedad indiferente que hoy se golpea el pecho y pide justicia. Pidamos justicia, sí, pero empecemos por un examen de consciencia que lleve el dedo a mi pecho primero.

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