Raymond J. Wennier

En diciembre 2007 en Prensa Libre, el titular del reportaje en p. 18 dice: “Cuestionan plan de educación sexual”. En otra parte dice que el Decreto 87-2005 establece que los adolescentes deben tener una formación integral sobre sexualidad y embarazos precoces y no deseados.

En relación a ese artículo, hice unas anotaciones como que el eje central debe ser la psicología del adolescente y centrarse en dos instituciones formales, la familia y la ciencia (usando a la escuela como vehículo de esa enseñanza), e incluyendo los valores (cultura) de la sociedad.

Hay que advertir que la enseñanza sobre el sexo como parte de una formación integral y una formación de valores, es delicada y requiere madurez y balance de lo científico, lo académico y lo emocional para evitar sesgo alguno en la presentación a los alumnos. Eso a la vez, es válido para el uso de materiales didácticos de apoyo. ¿Quién los seleccionará, con qué criterio?

Ese mismo año, elPeriódico tiene como titular de un reportaje, “Alta tasa de la fecundidad adolescente”. A ese artículo hice la anotación de que si no están formados, ¿cómo pueden formar-educar-a otro?

En ese sentido, la educación previa a que los jóvenes entren en la preadolescencia, tiene que ser una educación para el ser humano completo, no sólo lo académico, también la parte de la inteligencia emocional.

Las dos citas anteriores son de hace diez años y en éste, seguimos hablando del mismo tema sin mayor cambio, pero la sociedad sí ha cambiado las condiciones en que viven los jóvenes.

A mi criterio, es la familia, los padres, quienes deben ser los primeros maestros de sus hijos en la educación sexual. Sabemos que muchos padres de familia no se sienten cómodos para abordar el tema con sus hijos; hay entonces, dos posibilidades más, la vida fuera de la familia con mucha influencia de los compañeros del barrio o de la escuela y de la “familia postiza”, la escuela y por ende los maestros.

En ambos casos hay que preocuparse de que los niños y las niñas preadolescentes, tengan la información correcta en relación a su sexualidad y cómo cuidarla sanamente. En el caso de una influencia fuerte de la cultura de una comunidad, es el maestro quien tiene que ser el filtro de cómo se presenta dicha información.

En Prensa Libre del 28-11-16, un reportaje sobre la Pobreza Nacional, indica que la pobreza había subido de 51.2% al 59.3% del año 2006 al 2014 y que la extrema pobreza, del 15.3% subió al 23.4% en ese mismo período de años.

¿Será que la pobreza afecta a la educación de los preadolescentes de tal manera que no están preparados mental y físicamente para evitar un embarazo?

Además de la pobreza, los adolescentes se encuentran en situaciones difíciles, una de ellas la promiscuidad “obligada” cuando toda la familia vive en un mismo cuarto, o cuando un familiar abusa de una niña de 10 años de edad y la deja embarazada y en situación a veces, de ser madre de su hermano.

Los vecinos u otros adultos, bajo la influencia del alcohol o drogas, violan niñas en cualquier lugar y a cualquier hora del día. La trata que las obliga a mantener relaciones sexuales. Los mismos padres que las venden a cambio de un dinero que les sirve para comer hoy y hambre para mañana.

Hay más situaciones en las que las niñas y las adolescentes se encuentran desprotegidas.

Creo que la mujer es ORO y CLAVE para una sociedad sana. Cuidemos a nuestras niñas y adolescentes.

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