Gladys Monterroso
licgla@yahoo.es
“El político se convierte en estadista cuando comienza a pensar en las próximas generaciones y no en las próximas elecciones.”
Winston Churchill
Con la llegada del representante del gobierno de Estados Unidos, vino el mensaje de Washington, el secretario Kelly, quien, conociendo me parece, parte de la historia de su país en relación al nuestro, se le ha olvidado que desafortunadamente no hemos sido independientes de su nación desde 1954, cuando, temiendo ellos la entrada del comunismo en la región, crearon todo un tortuoso teatro haciendo creer, junto a la oligarquía guatemalteca la Iglesia, y parte del Ejército, todos de la época, que los EE. UU. apoyaban el ingreso de tropas para derrocar a uno de los dos presidentes democráticos progresistas que hemos tenido.
Posteriormente, apoyando a las mismas partes mencionadas, combatieron a la guerrilla guatemalteca, apoyando al Ejército, en un conflicto que no era propio de ellos, su intromisión en la política guatemalteca ha sido histórica, en todos los aspectos, convirtiéndose en un poder no detrás del trono, delante del trono mismo.
En relación a las drogas, es sabido que no existe oferta sin demanda, si existe trasiego de drogas en el país, es porque en el norte la consumen, el consumidor guatemalteco, lo más que llega a consumir es mariguana, ellos consumen otro tipo de drogas muy diferentes, acá, en sí es solamente un puente para el paso de las mismas.
Somos geográficamente estratégicos para EE. UU., por eso, a su conveniencia, la intromisión ha sido excesiva en todos los aspectos de la política interna de Guatemala.
El resultado de esa intromisión, aceptada por todos los gobiernos, ha consistido en mantener al país en condiciones más que de pobreza absoluta y dependiente en todos los aspectos, porque un país educado y pensante no permite que le manden, sin embargo ese no es nuestro caso, pero la explicación es más que clara, mantener al sistema como se encuentra conviene al poder real entre el que se encuentra el gobierno de ese país, más otros actores de todos conocidos, y los actores emergentes.
Llama por lo tanto, poderosamente la atención, la recomendación del secretario Kelly, quien identifica el problema de la forma más sencilla posible, “Mi sugerencia para las excelentes personas de Guatemala que están pensando tomar esa decisión, de tomar esa trayectoria hacia el norte a través de México para llegar a los Estados Unidos, es que no tomen este riesgo, ponen en riesgo su vida y la de sus preciosos hijos”.
Abordando de esa forma, un problema tan añejo como complejo, en el que los diferentes gobiernos que el país que representa, tienen tanta o más responsabilidad, como a quienes acá ha beneficiado, convirtiéndonos en una sociedad, que se debate entre la delincuencia, producto de la extrema pobreza, falta de oportunidades, y una historia más que conflictiva, en la que no hemos sabido lo que significa la palabra paz.
El gobierno que el señor Kelly representa, históricamente se encuentra en deuda con Guatemala, por lo que, en lugar de dar a los necesitados recomendaciones, deberían honrar el pasado, no regalándonos nada, necesitamos oportunidades, por medio de justicia social, la que por defenderse del comunismo, coadyuvaron a que se retrasara nuestro desarrollo político, económico, social, cultural y jurídico, 36 años multiplicado por 3, por lo que es mi parecer y el de muchos guatemaltecos, que no necesitaríamos viajar a su país más que de vacaciones, si ellos no hubieran intervenido en el nuestro, aniquilando nuestra soberanía.
Por lo anteriormente expuesto, no necesitamos sugerencias ni imposiciones, lo que la sociedad pide a gritos es vivir con dignidad, por lo que, la política exterior de ellos, debería ser especial para nosotros, retribuyendo lo que nos quitaron, la armonía y el tiempo perdido, aunque suene a falacia, la política exterior del imperio debe ser diferente con cada país, en casos como el nuestro devolviendo un poco de lo mucho que ayudaron a que perdiéramos, por medio de políticas de desarrollo conjuntas.
