Pedro Pablo Marroquín Pérez
@ppmp82

El nuestro es un Congreso que mete goles, golazos más bien, y los ciudadanos terminamos siendo unos espectadores que no atinamos a decir ni pío, a hacernos escuchar mientras hay un grupito dentro del mismo estadio, pequeño, poderoso y con muchos mafiosos como miembros, que sí gritan, celebran, se organizan y apoyan cada gol que mete el glorioso Congreso.

El pacto de impunidad que llevó a Óscar Chinchilla al poder (aunque alegan que se está resquebrajando el acuerdo), mismo que permitió la repartición de comisiones (en especial las clave), además de la creación de más comisiones para dejar a todos contentos, sin mencionar los nombramientos en Renap y Conamigua (al cual se opone rotundamente la comunidad migrante), es el que está impulsando un beneficio único para los ganaderos (apoyados por Jimmy Morales) y que también está a punto de meter un golazo con las reformas.

Terminando de leer la iniciativa de ley y teniendo en cuenta que se volaron todo lo que tenía que ver con el antejuicio y que lograron que la San Carlos y las universidades privadas metan sus manos en la elección de Fiscal General y magistrados de la Corte de Constitucionalidad (CC), he de advertir que esto puede significar que los pequeños pasos que se han dado se derrumben por completo.

No litigo en el día a día, pero entiendo cómo se mueve la melcocha pudiendo saber que al controlar la CC, un sindicado puede que pase más tiempo en prisión, pero si logra detener el avance del proceso y evitar que llegue a juicio, será muy probable (y sumamente caro) que en la CC se inventen algo para favorecer a los sindicados; claro, si es que no lograron los beneficios en las instancias previas.

Yo fui al Congreso el lunes 28 de noviembre cuando se discutieron las reformas porque antes de cualquier cosa soy ciudadano y como tal debo ejercer mi papel, pero desde ese día quedó claro que los diputados (con Linares Beltranena a la cabeza) iban a hacer hasta lo imposible por asegurarse que las cosas no cambiaran y tratarán de que no cambien nunca.

Es por eso que considero un error de la “mesa técnica” de las reformas haber cedido en puntos tan claves como el antejuicio (vean todo lo que pudo hacer Blanca Stalling en los pocos días que duró su proceso) y en la metida de manos que harán para nombrar fiscal y magistrados de la CC.

Es que hay que ser optimistas dicen algunos, pero eso es casi como decir que algún día Otto Pérez recapacitará de que fue usuario de lujo del sistema y además de hacer negocios, dejó que su gente hiciera micos y pericos con el dinero del pueblo. Eso no pasará nunca, como tampoco pasará que a los diputados les entre un aire con remolino de patriotismo y cumplan con su deber para cambiar este estado tan asqueroso de las cosas.

Un Congreso tan desprestigiado se da el lujo de marcar el ritmo de los “cambios” para asegurar que nada cambie y lo irónico es que esto pasa en pleno 2017, cuando supuestamente la nuestra es una ciudadanía “más despierta”.

Sí, hay que ser optimista pero apostándole a la juventud, a los servidores públicos honrados, a la clase media trabajadora, a los que están abajo pero luchan por subir, a los migrantes que se “matan” por su gente y el país, a quienes juegan bajo las reglas desde el sector privado (aunque cueste) e intentan hacer la diferencia porque entienden que esto no tiene futuro y no es sostenible.

Tratar de convivir con estas reformas (tal cual están en las enmiendas con fecha de ayer) es condenarnos y darle la espalda a un futuro mejor. En política hay veces que es mejor perder todo para seguir luchando que pensar que es mejor ganar algo que nada, porque eso nos hace “acomodarnos”.

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