Lic. Douglas Abadia

Al día de hoy es un problema muy importante hablar sobre las relaciones diplomáticas de Guatemala con Taiwán y la República Popular de China. En 1895 con el Tratado de Shimonoseki, China se ve forzada a cumplir ciertas demandas japonesas, entre las que se encontraban ceder a Japón la Isla Formosa, las Islas Pescadores, y la Península de Liaotung en el sur de Manch. Según este tratado Corea y Taiwán pasaban al dominio japonés. A comienzos de la II Guerra Mundial (1939-1945) los japoneses reforzaron su control sobre Taiwán y convirtieron a la isla en parte del Imperio.

En más de 51 años de dominación, el imperialismo japonés aplicó una cruel opresión política y un frenético saqueo económico, y trató de desintegrar y exterminar la cultura, buscaba «convertir a los taiwaneses en dóciles súbditos del emperador japonés». Después de la evacuación de las tropas japonesas del territorio chino el 15 de agosto de 1945, se reanudaron los enfrentamientos entre comunistas y nacionalistas chinos. En 1949, los comunistas alcanzaron el triunfo y, el 1 de octubre, se proclamó la República Popular China. En 1945, gracias a un convenio internacional firmado entre China, Estados Unidos, Gran Bretaña y la Unión Soviética, Taiwán fue restituido al territorio y a la soberanía de China. Sin embargo, al terminar la guerra civil en 1949, parte del personal gubernamental y militar de Chan-kai-chek se retiró a Taiwán, creando la separación entre ambos lados del estrecho de Taiwán. Lamentablemente Taiwán y la parte continental de China quedaron de nuevo en un estado de separación.

El nuevo régimen de la República Popular de China presentó algunas peculiaridades propias respecto al comunismo internacional, lo que dio origen a lo que se conoce como maoísmo: unión de las cuatro clases revolucionarias (campesinos, obreros, pequeña burguesía y burguesía nacional), importancia del campesinado, revolución permanente, acción directa del Partido en todas la áreas. Una vez en el poder, el gobierno revolucionario adoptó la política de «inclinarse hacia un lado»: contra el imperialismo capitalista, se alineó con la Unión Soviética. En diciembre de 1949, Mao viajó a Moscú, donde firmó con los soviéticos un tratado de amistad, alianza y asistencia mutua.

Taiwán firmó en el año 1945 la Carta de las Naciones Unidas como representante de China. Sin embargo, en octubre de 1971, durante la XXIV Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas, la Isla fue expulsada por una iniciativa de Albania que proponía el ingreso y puesto permanente en el Consejo de Seguridad de los delegados de China Continental y la expulsión inmediata de Taiwán. En esa fecha la ONU prácticamente desconoció la capacidad representativa de la China Nacionalista, sacó a sus funcionarios de la organización y declaró que la República Popular de China (China Comunista) es la única representante del pueblo Chino a nivel internacional. A raíz de esto y por la polémica internacional que surgió, muchos países decidieron por motivos económicos, políticos, militares etc., coincidir y apoyar la decisión de la ONU y reconocer como única representante de la China, a la República Popular de China (China Comunista) quien a su vez, considera a Taiwán una región rebelde.

En 1991 se propuso un plan para reestructurar el gobierno y se introdujo un programa a largo plazo, compuesto de tres fases, para iniciar la reunificación con la China continental. En abril de 1993, representantes de los gobiernos de Taiwán y China se reunieron en Singapur, donde comenzaron a discutir los temas vinculados con las relaciones entre los dos territorios y establecieron un calendario para los posteriores encuentros entre los dos gobiernos. La reunión de Singapur fue el primer contacto a alto nivel desde 1949 entre la República Popular y Taiwán.

En octubre de 1998 tuvo lugar en Shanghai un segundo encuentro al más alto nivel entre representantes de «ambas Chinas». En la cita, los miembros de la delegación de la China continental propusieron la idea de que Taiwán adoptara un modelo similar al de Hong Kong -un país con dos sistemas-, aunque con un mayor nivel de autonomía.

Las relaciones entre Guatemala y Taiwán, precisamente se institucionalizaron en la década de los años 70, durante el período en el que el país atravesaba un intenso conflicto interno. En estos años, Guatemala requirió el apoyo de otros países, para combatir la lucha insurgente y precisamente, lo obtuvo de países como Taiwán, Israel, Chile y Argentina. De los tres últimos obtuvo apoyo en términos de armas y apoyo informático o inteligencia militar. En el caso de Taiwán, obtuvo dos cosas: asesoramiento político-ideológico para enfrentar el “comunismo” y la obtención de una relación en términos de cooperación de largo plazo, que sería el inicio de una larga relación que aún permanece.

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