Javier Monterroso

El 2016 concluyó en un estancamiento en todo sentido de los procesos iniciados en el 2015, la lucha contra la corrupción iniciada por la CICIG y el MP se topó de frente con un muro en el Organismo Judicial causado más por deficiencias en el sistema normativo que por falta de voluntad de las autoridades, y es que hemos dicho hasta la saciedad que la Ley de Amparo es un obstáculo para los procesos judiciales, pero los abogados litigantes insisten en defenderla supuestamente porque permite evitar abusos cuando en realidad les sirve para alargar los procesos a favor de sus clientes. Creo que en 2017 seguirá esta tendencia, con pequeños avances en los casos pero más retrasos procesales y puede ser que las salas de apelaciones den sorpresas y retrocedan en los poquísimos casos que han tenido condenas.

Los primeros artículos de las reformas constitucionales fueron rechazados en el Congreso de la República y la nueva Junta Directiva del Congreso no tiene la suficiente voluntad ni fuerza política para impulsarlas, la CICIG y sus aliados tardarán demasiado en darse cuenta de ello, cabe recordar que en su momento le hicimos ver al Comisionado Iván Velásquez la dificultad de impulsar cambios constitucionales por medio del Congreso y le sugerimos que lo mejor sería convocar a una Asamblea Nacional Constituyente solo para revisar los artículos en materia de justicia, tenían el poder para hacerlo a inicios del 2016 pero el temor a que la ANC se declarara soberana fue mayor y ahora no tienen el ñeque político para hacerlo, veo muy difícil que las reformas constitucionales avancen en el Congreso, los diputados no dirán que no explícitamente pero las estrategias incluyen romper quórum o mandar de viaje a suficientes diputados para que no exista mayoría calificada y en eso hay verdaderos expertos en el hemiciclo.

En el Ejecutivo seguiremos sin Presidente y cada ministro hará lo poco que puede en cada uno de sus feudos, tal vez pequeños avances en Salud y Trabajo o mantener la inercia en Gobernación, salvo que un grave problema no atendido a tiempo provocado o no deliberado provoque la dimisión de estos ministros y entonces si todo el Gabinete sea de los sectores conservadores.

Solo un verdadero huracán podría cambiar la tendencia y este solo lo puede provocar el MP-CICIG o fuera de las fronteras, en ese sentido podría ser el caso del Registro de la Propiedad en el cual la “dupla contra la impunidad” ha tardado demasiado en procesar penalmente al hijo y hermano del Presidente cuando todas las evidencias indican que deberían ser juzgados al menos por el delito de encubrimiento, o podría ser el caso de Odebrecht que supuestamente está siendo investigado por el FBI y cuyas implicaciones en Guatemala podrían ser enormes.

Perspectivas poco halagadoras para el 2017, y es que el cambio no puede venir solo desde el ámbito penal, urge un nuevo liderazgo político.

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