Rolando Alfaro Arellano

Los investigadores, historiadores e internacionalistas nacionales, en su mayoría coinciden en fechas y lugares relativos al diferendo que la República de Guatemala viene discutiendo con el Gobierno de Belice y su aliado Inglaterra, sin que a la fecha se logren resultados positivos por la falta de decisión de exgobernantes con poca experiencia en los puestos que les ha tocado dirigir.

En vista de lo anteriormente escrito, conviene refrescar memorias para que las presentes y futuras generaciones de guatemaltecos tengan el coraje y amor patrio para defender la soberanía nacional.

El historiador e internacionalista Alberto Herrarte, en sus interesantes estudios de la Historia General de Guatemala, tomo cuarto, analiza que desde la República Federal hasta 1898, al tratar lo relativo a Guatemala e Inglaterra y Belice, destaca que la decisión de Belice, el gobierno inglés trató inútilmente de que Centroamérica reconociera la ocupación británica en el territorio de Belice, e incluso las usurpaciones al sur del río Sibún, a cambio del reconocimiento del país como nación independiente.

Luego, el autor citado, refiere que la Gran Bretaña incluso llegó a ejercer cierta clase de presiones, como cuando se negó a recibir al representante centroamericano Marcial Zebadúa, en la ocasión que este viajó a Londres.

Pero, agrega el autor citado, las invasiones seguían, no obstante que Centroamérica protestó una y otra vez y también otorgó concesiones de corte de madera al sur del río Sibún, para demostrar así su soberanía. Asimismo, cabe apuntar que, Inglaterra, por último, envió como cónsul a Centroamérica al famoso Frederick Chartefield, de ingrata recordación, con el propósito de negociar un Tratado de Paz y Amistad que incluyera el reconocimiento de Belice.

Lo antes descrito, nos enseña que nuestro país, con o sin unión de los demás países hermanos de Centroamérica, siempre han sido manipulados y debilitados por esa débil educación de no enseñar a sus habitantes el amor a su tierra. Este análisis nos indica, además de lo escrito con las investigaciones académicas que hemos efectuado, además, de la historia nacional que es clara en lo que venimos relatando. Continúa.

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